El turismo es uno de los gremios más erosionados del momento. Según los datos del Ayuntamiento de Córdoba, este julio ha habido una reducción del 75% en los visitantes a los museos y monumentos municipales en comparación con el mismo periodo del año anterior y la previsión de ocupación para este puente es del 30%. La pandemia vacía los museos, catedrales, y monumentos más emblemáticos del país y Córdoba no es ajena a ello. Los recovecos de la ciudad son la estampa insólita de lo que acontece, y esta vez no es por el calor: callejuelas de la judería desiertas, escaso movimiento hotelero, terrazas que viven día tras día casi sin clientes , en definitiva, tal y como asegura el presidente de la Asociación Profesional de Informadores Turísticos (APIT Córdoba), Luis Álvarez, el sector turístico de Córdoba «se resume en una sola palabra: desastre. Se han cancelado absolutamente todas las reservas turísticas que teníamos para este año. El turismo internacional está perdido. Los turistas han muerto. No he facturado nada desde el día 10 de marzo ni he visto turistas desde entonces». Esta es la tesitura que atraviesan los dedicados a este oficio.

Olga Alonso, guía oficial de la ciudad especializada en ofrecer este servicio en francés y español, sostiene que los próximos años estarán marcados por un turismo de carácter nacional, el denominado turismo slow, la alternativa a un turismo de masas que potencie la cercanía, proximidad y seguridad entre clientes y destino. «Se producirá un cambio en el modelo de turismo. Un turismo slow, más lento, de pequeños grupos familiares y de amigos».

Además, como plantea Alonso, a partir de las dos de la tarde, el único rincón que abre sus puertas al público es la Mezquita-Catedral. «¿Cómo vamos a atraer turistas sin ofrecer la posibilidad de visitar los monumentos y lugares de la ciudad?», dice Alonso. Al respecto, desde la Delegación de Cultura del Ayuntamiento aseguran que se mantiene el mismo horario desde hace tiempo: «el horario es el mismo desde hace 20 años. Precisamente, hay menos demanda, pero no tiene sentido abrir con menos turistas que nunca. Lo que hemos hecho para potenciar el turismo es la gratuidad en monumentos y museos municipales».

No es la primera vez que estos profesionales están inmersos en loque considera es «una pesadilla». Son los conocidos free tours, recorridos realizados por ciudadanos que, según varios guías turísticos consultados por el periódico, desarrollan una «competencia desleal» y exenta de impuestos. En palabras de Luis Recio, miembro de APIT, hoy son «el cáncer del turismo ya que, independientemente de engañar al sector y desprestigiar la labor de un guía que, por lo general es un auténtico historiador, estos tours que representan ese turismo ilegal consiguen un deterioro cultural». Además, apunta que «las autoridades no han sabido aún atajar el problema». Recio califica como «nublado» el futuro inmediato del turismo. «Todo dependerá de la pandemia y lo que dure la misma. Luego será necesario que se recupere lentamente y las agencias de viajes, y operadores turísticos, tanto nacionales como extranjeros, se pongan de nuevo las nuevas pilas de trabajo y se decidan operar con todos los profesionales del sector».

El sector servicios en España representa casi el 80% del empleo, en esos datos radica la importancia del asunto. Son abundantes las industrias económicas que dinamizan la economía generando empleo y aportando a la Seguridad Social los ingresos requeridos para afrontar tantísimos déficits derivados del coronavirus. Según los datos del Informe sobre el Mercado Laboral de 2019 en Cordoba, del SEPE, el turismo es una de ellas, y con un peso relevante en la economía cordobesa: es la segunda sección de actividad por volumen de contratos, tras la Agricultura. En concreto, la hostelería acaparó el 14,17 % de contratos, de Córdoba en 2019, con un incremento importante respecto de 2018. Alcanzó un número de contratos temporales del 96,71 % registrando el índice de rotación más elevado, 3,93 contratos por persona (3,75 en 2018). A los 80.000 contratos que se hicieron en la hostelería hay que sumar una parte de los 29.000 del comercio, cuya supervivencia, al menos en la zona de la Judería está directamente relacionada con el gasto que hacen los visitantes.

A a espera de que vuelvan los turistas, ¿Qué motivos les trae a la ciudad? Según opina Luis Álvarez, «el turista que viene ya ha leído sobre Córdoba y pretende confirmar con sus propios ojos la historia milenaria que esta ciudad tiene, un patrimonio grandioso».