Un año y dos meses de prisión. Esa es la pena a la que se enfrenta un hombre acusado de un delito contra la integridad moral por dar a los padres de Paco Molina pistas falsas sobre el paradero de su hijo, desaparecido desde el 2 de julio del 2015. Además, el ministerio fiscal pide que los indemnice con 6.000 euros por los daños morales que les ha causado, ya que sus informaciones falsas les hicieron albergar esperanzas de encontrar al menor, del que aún hoy, casi 21 meses después de su desaparición, no se tienen noticias.

Según el escrito del ministerio público, al que ha tenido acceso este periódico, el 26 de julio del año pasado, días después de cumplirse el año de la desaparición de Paco Molina, el acusado, desde una cabina telefónica situada en la avenida de Almogávares, hizo tres llamadas al teléfono móvil del padre. En las mismas -la primera la efectuó de madrugada, a la 1.34 horas-, «a sabiendas de que crearía falsas expectativas» en Isidro Molina, le proporcionó «informaciones falsas» sobre el paradero del menor. Así, según el fiscal, le hizo creer que había conocido a Paco «dos meses atrás en Albacete, donde el menor vivía en un local de alterne, y que habían viajado juntos hasta Peñíscola» (Castellón). Le dijo, además, que al menos hasta el día 21 había permanecido el menor en esa localidad, que se encontraba bien, que pedía en la calle y que últimamente estaba con una chica con la que tenía pensado trasladarse de localidad.

En la última llamada, efectuada a las 23.00 horas, invitó al padre a verse personalmente para aportarle más información que no podía dar por teléfono. Isidro, sin embargo, no aceptó, ya que la Policía «se lo desaconsejó al no poder garantizar su seguridad». Ante esto, quedaron emplazados para una nueva comunicación, que ya no llegó a producirse.

Las informaciones ofrecidas por el encartado «alimentaron las esperanzas de los padres de poder encontrar a su hijo con vida», pero una vez que la Policía hizo investigaciones para comprobar la presencia del menor y del acusado en las localidades mencionadas, «con resultado negativo», quedaron «sumidos en un estado de desolación y desesperanza», afirma el fiscal. Por todo ello considera al acusado autor de un delito contra la integridad moral.