Los empresarios cordobeses han iniciado el presente año con un poco más de optimismo sobre las perspectivas de la economía que cuando terminó el 2018, aunque en líneas generales el pesimismo es la tónica general, según se desprende del Índice de Confianza Empresarial publicado ayer por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA).

Los indicadores de confianza empresarial de Andalucía tienen por objeto conocer la situación económica actual de la comunidad autónoma y su evolución a corto plazo, a través de la percepción que tienen los autónomos y responsables de establecimientos de distintos sectores económicos de la región. En este informe se recoge que sobre un índice establecido previamente, la impresión de los empresarios de la provincia ha mejorado sobre la que tenían hace un trimestre en un 1,3%, lo que significa una ligera mejoría en esta apreciación, puesto que al cierre del año pasado este dato se situó en 133,8 puntos, y al inicio del presente ejercicio llegó a los 135,6.

Pero entrando en aspectos algo más clarificadores, el estudio recoge que solo un 21,82% de los negocios entrevistados de Córdoba consideraron favorable la situación del trimestre anterior, frente a un 20% que estima que fue desfavorable. Por su parte, hay un 14,55% de los encuestados que cree que será favorable la situación económica del trimestre entrante, frente al 25,45%, que tiene una percepción negativa de lo que ocurrirá en los próximos tres meses.

Pese a este mínimo repunte del optimismo empresarial cordobés que recogen los datos oficiales, las opiniones de los responsables de algunos de lo sectores más representativos de la actividad económica de Córdoba no están del todo de acuerdo. Esto ocurre especialmente con el comercio y el turismo, mientras que la construcción sí ve algo de luz al final del túnel.

En el primero de ellos, el presidente de Comercio Córdoba, Rafael Bados, considera que «se está produciendo una desaceleración de la economía. No somos nada optimistas en este trimestre». Recuerda Bados que «el año 2018 el comercio terminó con una caída de ventas del 5%», algo que, apunta el presidente de los comerciantes, «ya dijimos en su momento». Se aprecia, a juicio de Bados, «una caída del consumo que al final del año se ha confirmado» y no se aprecian indicios de mejoría, por ello, insiste, «no tenemos motivos para ser optimistas». Además, recuerda que «el comercio es un sector centinela del resto de la actividad económica y ya advertimos en el 2017 que se estaba produciendo una ralentización económica, que creemos que se ha confirmado».

En similares términos habla Francisco de la Torre, presidente de Hostetur, en lo que se refiere al turismo, quien señala que «nuestras previsiones son totalmente contradictorias con estos datos, porque tanto las visitas como los turistas están bajando». A ello se unen, dice «los constantes aumentos de impuestos y penalizaciones que se están aplicando a este sector» y concluye apuntando que «llevamos más de un año reclamando más promoción exterior, hay que salir fuera para vender Córdoba, porque ahora ya hay competencia que hace unos años no teníamos como Turquía o Egipto y ante ello hay que ir reaccionando, ya que el sector está muy preocupado por la tendencia de la actividad».

Algo distinta es la apreciación de la presidenta del tercer sector que suele ser motor de la economía, como es la construcción, María Dolores Jiménez, quien señala que «se pueden estar viendo algunos datos algo más optimistas porque veníamos de una situación muy mala, de un periodo muy duro, pero todavía queda mucho camino por andar».

Además, considera la presidenta de los constructores cordobeses que «la Administración Pública está completamente paralizada, no hay objetivos claros ni proyectos», pero indica que a los empresarios cordobeses «no nos falta ni ilusión ni esfuerzo y si se está notando cierto movimiento es precisamente por la iniciativa empresarial».