Los cuatro actores de la confluencia (Podemos, IU, Ganemos y Equo) en Córdoba se dieron ayer una segunda oportunidad para lograr una candidatura unitaria en las elecciones municipales del 2019 y se han emplazado al 2 de octubre --¿una patada al balón?-- para que, fundamentalmente, Equo y Ganemos (las dos formaciones más críticas con la confluencia) concreten sus propuestas y sus condiciones a seguir negociando una candidatura.

Ayer, las cuatro formaciones se reunieron después de un fin de semana intenso en el que tanto Equo (partido que ha abandonado el proyecto conjunto de Adelante Andalucía a nivel autonómico) como Ganemos (que votó ayer mayoritariamente en asamblea «no» a la confluencia tal y como está ahora mismo planteada) habían mostrado sus discrepancias al proceso negociador.

De momento, la unión que no ha presentado fisura pública alguna ha sido la de Podemos (de facto ya fuera de Ganemos) e IU, con sus líderes regionales, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, inmersos en plena gira por la comunidad autónoma para presentar el proyecto de Adelante Andalucía. Está por ver cómo se ponen a prueba las costuras de esta unión cuando empiecen a ponerse nombres y apellidos sobre la mesa, pero lo cierto es que a día de hoy su fe, al menos pública, en la confluencia parece inquebrantable.

Aunque hoy las cuatro formaciones emitirán un comunicado público conjunto en el que redundarán en el esfuerzo y la intención por alcanzar un acuerdo de cara a la confluencia para las municipales, ayer este periódico pudo constatar el cansancio que se acumula en un proceso que se inició hace 5 meses y lleva, con la de ayer, 16 reuniones celebradas. Todos coinciden en las bondades de que la izquierda acuda unida a las urnas. Las dudas empiezan en el modo de hacerlo.