Las obras para restaurar y convertir en un punto de información turística el quiosco de Gran Capitán acaban de empezar. El presidente de Urbanismo, Salvador Fuentes, ha presentado este martes el proyecto, que ejecutará la empresa Remake durante un plazo de tres meses y por un presupuesto de 32.912 euros. De esa forma, se acabará con el deterioro del histórico inmueble que está adosado a la Real Colegiata de San Hipólito, que los bomberos tuvieron que acordonar en el 2019 ante el riesgo de desprendimiento de las tejas. Sus maderas están afectadas por hongos y otros microorganismos del goteo del tejado, las paredes interiores presentan desperfectos y el mostrador de mármol rojo tiene grietas y roturas, según consta en el proyecto.

Con estas obras se habilitará un vestíbulo de acceso, un aseo y una zona de atención al público en un total de 11,32 metros cuadrados de superficie construida. El quiosco es de estilo barroco, tiene planta trapezoidal chaflanada en uno de sus ángulos rectos y mide 6,37 metros cuadrados pero fue ampliado con otra estructura de menor altura. El proyecto del quiosco que se ubica en el bulevar Gran Capitán fue elaborado por la Gerencia de Urbanismo durante el anterior mandato y salió a concurso en marzo, pero se ha visto retrasado por la suspensión de plazos administrativos durante el estado de alarma.

El quiosco tiene su origen en el año 1925 y fue diseñado para que tuviera la función de estanco por el arquitecto Vicente Macho. Fue una concesión a José González Luque por diez años prorrogables a un máximo de 50. Con el paso del tiempo se destinó también a la venta de lotería. En 1991 el Ayuntamiento decidió poner fin a la concesión al estar regentado por otra persona distinta al concesionario inicial, al habérselo arrendado. La idea era sacar a concurso una nueva concesión. Ese año, el Ayuntamiento declaró extinguida la cesión y ordenó el desalojo del quiosco.

Imagen del quiosco, a la derecha, en el primer tercio del siglo XX.

El inmueble no está protegido pero está adosado a un BIC, la Real Colegiata de San Hipólito, y se ubica en el ámbito de protección de la iglesia de San Hipólito y de la ermita de Nuestra Señora de la Alegría.

Durante la presentación del proyecto, Fuentes ha destacado cómo el quiosco fue "punto de encuentro de miles de cordobeses" durante el siglo pasado y que la obra ha sido muy reivindicada por los vecinos. Entre sus elementos característicos, y según el arquitecto Rafael Castejón, se encuentra "la azulejería, la cubierta bicolor de teja cerámica azul y blanca y elementos marmóreos de piedra negra de Córdoba, que se intentan recuperar".