La situación en la que se encuentra el campo por la falta pertinaz de agua, la dureza del terreno y el calor en el comienzo de la temporada de caza menor está produciendo en el sector cinegético una sensación de preocupación y pesimismo, que, aunque en menor grado, se traslada también a la caza mayor, cuya temporada comienza el próximo sábado 12.

Hoy comienza la veda general para la caza de liebres con galgo, perdices y todas las especies de caza menor, como codorniz y zorro. Esta modalidad se presenta, según el delegado en Córdoba de la Federación Andaluza de Caza, Francisco Javier Cano, «flojita», situación que se está produciendo durante los últimos años, debido al tipo de agricultura que se practica, a los fitosanitarios y algunas prácticas agrícolas legales pero incompatibles con la caza menor, factores a los que en los dos últimos años se ha sumado la mixomatosis en las liebres.

La temporada se inicia con 37.836 licencias de caza, 172 de rehala y 34 de cetrería, cazadores que cuentan con una amplia superficie de la provincia para practicar la actividad cinegética, lo que supone 1.141.127 hectáreas, en las que se ubican 1.459 cotos, 1.179 de caza menor y 280 de mayor. En Córdoba y provincia existen 200 sociedades deportivas que aglutinan a más de 16.000 cazadores federados.

Se prevé que hoy, a pesar de las altas temperaturas, salgan al campo entre el 60% y el 70% de los cazadores, lo que supone que sobre unos 25.000 aficionados a la actividad cinegética se van a encontrar una situación en la que la perdiz se está recuperando en numerosos sitios, en áreas de la sierra y en gran parte de la campiña, aunque siempre por zonas, no de manera genérica. La perdiz, que esta primavera se ha criado bien, se encuentra en una situación mejor que en campañas pasadas, aunque su población continúa siendo baja.

Respecto al conejo, una especie muy variable, como la define el técnico de Asaja Córdoba Tomás Jurado, se encuentra en los lugares en los que lleva años, principalmente en las zonas de la Campiña Sur de Córdoba, aunque en las sierras y en otras zonas ha desaparecido por completo, debido a la neumonía hemorrágica, enfermedad que ha producido una disminución de la población. Esta caída de la población de conejos se pone de manifiesto en la reducción importante de las declaraciones de plagas de estos animales, que de 32 municipios declarados en emergencia el pasado año se han visto drásticamente reducido a cuatro (Moriles, Puente Genil, Santaella y Villanueva del Duque).

Por último, la cacería de liebre se encuentra en retroceso, afectada por la mixomatosis, con una reducción del número de ejemplares que ha llevado a numerosos cotos a tomar la decisión de no cazarla con escopeta, aunque se podrá cazar con galgos, pero restringiendo las salidas, los cupos y, principalmente, cuando no se vean ejemplares enfermos, aunque si se da esta última circunstancia, como afirma Francisco Javier Cano, los mismos galgueros serán los que impidan que se realicen las cacerías.

En definitiva, la veda se presenta con «malas perspectivas y mucha preocupación por el estado del campo», según Jurado.