La Junta de Andalucía atendió a 22 menores extranjeros no acompañados menos durante el 2020. Así, según ha comunicado la Consejería de Igualdad a este periódico, el total de atenciones que se produjo durante el año de la pandemia fue 78 frente a 100 en el 2019, siendo 67 de ellos niños y 11 niñas. Además, el número de nuevos ingresos en la Red de Protección de Centros de Menores de Córdoba se redujo al 42%, con solo 24 nuevas entradas frente a 56 que se registraron en el 2019.

En Andalucía, la Junta atendió a un total de 1.277 menores, 542 menos que el año anterior, y se redujeron los ingresos al 28%, pasando de 3.3394 a 954 en solo un año.

Antonia Rubio, directora general de Infancia de la Junta de Andalucía, señala directamente a la pandemia como causante de los descensos en los ingresos en la comunidad autónoma. «La pandemia ha incrementado los controles de las fronteras, especialmente en la zona del norte de África, afectando a Marruecos y a Argelia, que son puntos de entrada a España. La situación en Córdoba es coherente con lo que está ocurriendo en el resto de Andalucía», afirma.

No obstante, insiste, las atenciones se han «procurado mantener» y resalta la gran diferencia del número de atenciones entre chicas y chicos. En el 2020, en Córdoba, el porcentaje de nuevos ingresos de chicas menores se redujo al 8% frente al 30% del 2019. En Andalucía, sin embargo, el número de ingresos de chicas se mantuvo prácticamente estable. Con respecto a la gran variación de las cifras de ingresos femeninos frente a los masculinos, explica que «sin pandemia ya era una constante que se produjesen muchos más ingresos de chicos, pues los riesgos que implica el proceso migratorio son mucho menores cuando no es una mujer la que lo desarrolla; ellas suelen venir insertas en redes de trata de seres humanos y, a menudo, esto provoca que sean perfiles más vulnerables».

Otra de las grandes variaciones que ha provocado la pandemia es la nacionalidad de los chicos y chicas que han ingresado en la red de protección andaluza. Aunque Marruecos se mantiene como el país predominante, acumulando un 57,7% de los ingresos del pasado año, la tendencia ha variado significativamente para el peso del resto de nacionalidades registradas en el sistema. Así, de un 2% que representaban los chicos y chicas argelinos en los ingresos de la comunidad en el 2019, el porcentaje ascendió a 18,1% en el 2020; los de Costa de Marfil pasaron de representar un 6,4% a un 0% en el 2020; los de Guinea, del 10,1% al 5,9%; los de Gambia del 1,2% al 1,7%; los del Mali del 6,2% al 5,2%; de Marruecos, del 68% al 57,7%; de Rumanía, del 0,4% al 1,2%, y el porcentaje de chicos y chicas senegaleses se mantiene en el 1,4%.

Como señala Ramón Rodríguez, coordinador de los equipos de mediación intercultural de la Consejería de Igualdad, se han producido varios cambios en los flujos migratorios que habrían afectado especialmente a Argelia y a las nacionalidades subsaharianas que, según el coordinador, habrían encontrado numerosas dificultades en su ruta migratoria a causa, principalmente, del covid-19, lo que se habría traducido en un cambio de los puntos de entrada al país concentrándose la presión migratoria en Canarias. «Es algo cíclico, estas variaciones ya las hemos vivido, aunque ahora podemos inferir una de las causas del cambio».

EL DÍA A DÍA

«Ejemplo frente a las dificultades»

Antonia Rubio, directora general de Infancia, explica que en todos los recursos de protección de menores se presta atención a las necesidades básicas y específicas de cada uno de los niños y niñas que residen en ellos, de ahí los distintos programas que se desarrollan en ellos. Esas necesidades específicas están determinadas por muchos aspectos, como la edad, su estado de salud, su situación educativa y sus intereses. En el caso de los niños de 16 años en adelante -que representan el 65% de las atenciones en Andalucía-, la prioridad es ayudarles en la inserción sociolaboral, de manera que cuando alcancen la mayoría de edad ya dispongan de un bagaje para enfrentarse a la mayoría de edad.

En el caso de los menores extranjeros no acompañados, otra de las prioridades es obtener la documentación necesaria para regularizar su situación en el país, así como el aprendizaje del idioma. Algunas de estas cuestiones se han complicado durante el 2020 a causa de los retrasos administrativos y la compleja situación epidemiológica. A pesar de que muchos de estos chicos han visto truncadas sus expectativas durante el 2020, Antonia Rubio ha puesto de relieve «la capacidad que han tenido para asumir las normas, siendo un ejemplo de comportamiento dentro y fuera de los centros». Algunos de ellos, incluso, han colaborado con la comunidad fabricando mascarillas, ayudando en bancos de alimentos y mandando mensajes en redes sociales concienciando sobre la necesidad de cumplir con las normas, entre otras acciones.