Hablar de la cuestión catalana, del referéndum, de la reivindicación de independencia cuando uno reside fuera de Cataluña no resulta fácil. Muchos de los catalanes consultados han rehusado dar su opinión y expresar públicamente lo que piensan o sienten, convencidos de que hacerlo podría tener alguna consecuencia en su vida laboral o personal. Los que han dicho que no han argumentado de todo. Un reputado médico que ejerce en Córdoba prefirió no dice nada asegurando «no tener interés en la política» nada más saber que las preguntas iban en torno al tema de Cataluña, «soy médico, no hablo de ese tema». Otros dijeron que no querían hablar porque para ellos era una cuestión dolorosa que estaban viviendo desde Córdoba «con tristeza, con pena». También hay quien se mostró dispuesto a hablar desde el anonimato y quien a la cuestión de la independencia respondió: «Si digo que sí tendré problemas aquí y si digo que no, los tendré en Cataluña». Pero para comprender, hay que conocer, sin juzgar.