El Córdoba CF Femenino cae pero sella la permanencia ante el Fundación CD Tenerife

Un revés con tintes dulces, que vale por una salvación. Era el momento adecuado, las circunstancias perfectas y tanto un escenario como adversario poco propicios, aunque había que cumplir. Se le acabó enrevesando, con todo, la ecuación al Córdoba CF Femenino en su visita al pujante Fundación Canaria CD Tenerife en la Ciudad Deportiva Javier Pérez (3-2), donde las de Sergio Guillén, pese a marcharse de vacío, sellaron la permanencia matemática en el Grupo 2 de Segunda Federación -gracias a resultados beneficios externamente- a falta de una jornada. Buenas sensaciones, eso sí, dejó el conjunto blanquiverde tras una puesta en escena casi inmaculada, al ritmo de la pegada de Lorena Guillén, pero diluida con el primer zarpazo local, seguido de otros dos que acabaron dando la vuelta al pleito.

Dos caras

Y es que el cruce arrancó de la forma soñada. Carlota Acín se encargó de probar la sólidez de la meta tinerfeña ya en los primeros compases, con un chut seco que demandó una buena estirada de Sara Niz. Lo siguió intentando la delantera oscense, aunque sin éxito. Más tuvo Lorena Guillén, acertada a la hora de poner el primero en territorio insular tras una gran acción combinativa del esquema blanquiverde. Elevó la cuenta precisamente la atacante cordobesa en los prolegómenos del descanso, aprovechando un balón dividido para, con ayuda de la zaga local -que rechazó el chut-, ampliar la ventaja. Todavía tuvo tiempo Ariadna Quintana, no obstante, maquillando la cuenta con el 1-2 sobre la bocina a vestuarios. 

La reanudación vino acompañada del empate. Lo puso Iratxe González para el cuadro canario, aprovechando minutos de desconexión blanquiverde en el mano a mano ante Carmen Gordillo, que poco pudo hacer. Se mantuvo el cambio de papeles hasta la hora de juego, donde llegó el tercer mazazo. La remontada la firmó Ariadna Quintana, aprovechando una acción a balón parado para inventarse un gol de falta directa. Sara Niz, acto seguido, se empleó a fondo para evitar la rebelión cordobesa hilada por Cristina, a la que un disparo inapelable desde la frontal no reportó premio. Tampoco pudo arañar el botín la canterana Carmela, que insufló aire por banda durante un último tramo de mucha intención y poca claridad, aunque zanjado con un final feliz.