La Comandancia de la Guardia Civil de Córdoba celebró el pasado octubre la segunda subasta de armas de este año, una iniciativa extraordinaria (ya que suele realizar solo una anualmente) que respondió a la elevada cantidad de armas que tenía depositadas. En esta segunda ocasión (la primera fue el pasado mes de julio) se sacaron 340 escopetas, carabinas, rifles, pistolas y revólveres, pero muchas de ellas fueron retiradas por sus titulares antes de ser vendidas, según explican desde el Instituto armado.

De este modo, las armas salen a subasta una vez que son depositadas, principalmente, por la caducidad, la revocación o la denegación de las licencias y autorizaciones que habilitan a los propietarios para usarlas, y otra vía para su llegada a la Benemérita es el fallecimiento del titular. Esta puntualiza que, «en estos casos, cuando trascurre un año de depósito pueden ser propuestas para su subasta». Sin embargo, también cabe la posibilidad de que los propietarios las retiren antes de ser vendidas al obtener de nuevo la licencia o que las transfieran a otras personas. En esta línea, la misma fuente aclara que la titularidad del arma propuesta para subasta no se pierde hasta que pasa a un tercero. Si llega a ser comprada en este proceso, el dinero de la adjudicación se entrega íntegramente al dueño o a los herederos.

La mayoría de las personas que acuden a estos actos son cazadores y tiradores deportivos «que pretenden encontrar un arma que se adapte a sus necesidades y les pueda salir rentable económicamente», explican desde la Comandancia de la Guardia Civil. También apuntan que el precio inicial lo marca el depositante y ronda los 100 euros para las escopetas y carabinas; unos 300 euros en los rifles y entre 50 y 100 euros en el caso de las armas cortas.

En este sentido, los rifles son los más apreciados por los participantes en las subastas y el segundo puesto es para las escopetas semiautomáticas. Consultada por el interés que despierta esta actividad, la misma fuente indica que en torno a un centenar de personas suelen acudir a visitar las armas expuestas de forma previa, aunque luego el número de asistentes se reduce y en la última subasta participaron formalizando una oferta unos 45, un dato que se corresponde con la media de lo ocurrido en citas anteriores. Aquellas armas que no son adquiridas en estos procesos se convierten en chatarra.

La Guardia Civil comenzó a realizar subastas cuando se le encomendó el control administrativo de las armas y explosivos, y desde la Comandancia en Córdoba recuerdan que se trata de «la única forma de dar salida a las armas depositadas en nuestras dependencias». La información sobre próximos eventos se puede consultar en la web www.guardiacivil.es.