El alcalde de Córdoba, sr. Bellido, ha realizado unas declaraciones acerca del tema del callejero que, a su juicio, ha sido una de las polémicas solucionadas en la ciudad, anunciando que la junta de gobierno local aprobará, como así ha sido este lunes, de forma definitiva que las calles Foro Romano y Avda. del Flamenco pasen a llamarse Cruz Conde y Avda. Vallellano, lo que se ha realizado por la vía rápida ayer mismo. Señala el alcalde, a mi juicio de forma inquietante y sorpresiva para cualquier demócrata, que ¡¡ «no está dispuesto a renunciar a nuestros valores» !!. ¿Qué valores son esos, señor alcalde? ¿Los que llevaron a situar a José Cruz Conde en el epicentro conspiratorio del golpe de Estado en Córdoba que provocó la Guerra Civil, junto a los Cascajo, Quero Goldoni, Muñoz Pérez y otros que, afortunadamente, desaparecieron tiempo ha de nuestro callejero?, o ¿los que llevaron, también, al Conde de Vallellano a convertirse en uno de los apoyos fundamentales de Mola durante la misma conspiración, desarrollando su trayectoria golpista contra la República desde agosto de 1932 y poniéndose desde el principio al servicio de la dictadura franquista en diversas instituciones, con actuaciones tan sospechosas como las efectuadas sobre el eminente dr. Calandre?

Añade el sr. alcalde de Córdoba en unas declaraciones que no tienen desperdicio y que deberían ser difundidas y, sobretodo, explicadas hasta el último rincón de la ciudad que «tenemos que respetar la verdad y la dignidad de esas personas». De eso es de lo que se trata, sr. alcalde, precisamente, de respetar la verdad, de que la Historia imponga su dictamen. En cuanto a la dignidad, cada quien que se busque la suya, pero ni aquí, ni en el seno de la Comisión Local de Memoria Histórica se ha planteado nada relacionado con la misma, ni con la que pudieron tener las personas en cuestión. No se trataba de eso: se trataba de estudiar el protagonismo de esos personajes, y de otros, en relación con el golpe de estado de julio de 1936 y con el proceso de institucionalización de la dictadura franquista y de si, en función de ello, merecían estar en el callejero en aplicación de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, que aún está vigente.

Como historiadores y ciudadanos, no nos vale aquello tan manido de que la Historia puede ser interpretada de muchas maneras como recurso para justificar lo injustificable; podemos asumir que hay, allá cada cual, quien piense que la sublevación militar cuyo fracaso en parte provocaría la Guerra Civil española vino para salvar a España de «caer en las garras del marxismo». Ahí está toda esa corriente revisionista que no ha hecho sino reactualizar los argumentos de la rancia y reaccionaria historietografía franquista y que tanto está haciendo por continuar con la manipulación de la verdad y porque deje de imponerse, de una vez por todas, un relato acorde con la realidad y en el que se integren y conozcan el importante protagonismo que ocupó a Cruz Conde y Vallellano en aquella coyuntura. Lo malo no es que de la actitud del actual gobierno municipal de Córdoba se desprenda el haber asumido tales posiciones interpretativas, ni aun el método velocísimo que han utilizado para implementar el cambio, ni siquiera que aludan a la tradición popular como argumento para justificar la reversión del callejero, una tradición inventada, que diría E.J. Hobsbawm, y forjada durante el franquismo, sino que lo malo es que con su posición sectaria, prepotente y falta de respeto a la realidad histórica de lo que fue y como se desarrolló el golpe de estado en la ciudad de Córdoba, ciudad que por mandato democrático les está tocando gobernar ahora, están volviendo la espalda a los miles de cordobeses víctimas de la guerra civil, más de 4.000, que aún yacen en fosas, cunetas y descampados como consecuencia del triunfo de la sublevación militar y de la imposición posterior de la dictadura, así como de la aplicación de una injustificada y brutal represión. Parece que al actual equipo de gobierno de nuestro ayuntamiento habría que recordarle las conocidas palabras de Unamuno al golpista Millán Astray, aquello de venceréis... pero a gran parte de la sociedad cordobesa no nos convenceréis. Es más, con toda seguridad la Historia terminará imponiéndose, mientras que, ahora, vuestra actitud y falta de sensibilidad política e histórica con respecto a la reversión del callejero hace poco por devolver la dignidad a quienes, aun en las fosas y cunetas, esperan alguna vez recuperarla.

* Catedrático de Historia Contemporánea. Firman también este artículo Manuel Garcia Parody y Antonio Gómez Pérez, historiadores, y Manuel Pérez Pérez, exalcalde de Córdoba.