El dato preciso es complicado de averiguar, pero el hecho es que Galicia, camino y visita a Santiago de Compostela incluidos, es uno de los destinos habituales de muchos cordobeses en sus vacaciones de verano. Y como les ocurre a la mayoría de los visitantes, tienen su zona favorita en las Rías Baixas. Y es allí donde una empresa cordobesa está mejorando sensiblemente la producción de uno de los vinos gallegos de moda permanente: el albariño.

La empresa se llama Séneca Green Catalyst y ha desarrollado un protocolo específico de tratamiento para el cultivo de la vid que aumenta la producción de uva y el nivel de azúcar en el fruto de media un 20 por ciento con productos de residuo cero.

«Este tratamiento innovador se ha aplicado incluso en plantas afectadas por virus de la vid -explica Alejandro Posadillo, director gerente de Séneca Green- sobre cuyos efectos investiga la profesora titular de la Universidad de Santiago Cristina Cabaleiro junto a su equipo, y que ha colaborado con la empresa gracias a nuestro trabajo con las bodegas de la zona».

Pero en estos momentos de vendimia, Séneca también ha trabajado en mejorar la producción en casa y otros lugares con otros caldos, Montilla Moriles, Jerez y Castilla-La Mancha. Una mejora que, por lo demás, no solo se aplica a la uva, sino a otros cultivos como cereales, leguminosas, olivar y otros frutales en varias regiones del país y norte de Portugal.

Investigación aplicada

«Trabajamos en investigación e innovación aplicada a las explotaciones agrícolas para mejorar su rentabilidad bruta, es decir, sin contar con las ayudas agrarias y buscando el máximo aprovechamiento de los recursos», apunta Posadillo, que destaca, por otra parte, «el alto número de iniciativas empresariales innovadoras que hay en Córdoba en el sector agroalimentario y que habría que descubrir y conocer por su potencial. Un buen número de ellas, además, relacionadas en mayor o menor grado con la universidad». El objetivo de rentabilidad bruta responde a una razón evidente: la incertidumbre que provoca la PAC y su futuro, «a la que hay que hacer frente desde todos los ámbitos, comenzando por las iniciativas empresariales».

Esta idea siempre tiene el máximo valor añadido cuando universidad, administración y empresa van de la mano, como en el último proyecto de investigación en el que participa, «denominado Optagua, Grupo Operativo Supraautonómico del Mapama, dedicado a la búsqueda de un modelo de negocio rentable mediante el control del agua regenerada para uso agrícola».