Al contrario de los que decía la leyenda, las maderas de la estructura de la Maqsura de la Mezquita Catedral (la cúpula del Mirhab, como popularmente se conoce) no son de cedro de África, sino de un pino especial autóctono traído hace mil años desde la sierra de Cazorla y sorprendentemente resistente al paso del tiempo. Este es solo uno de las decenas de pequeños-grandes descubrimientos que han despejado mitos y leyendas sobre la joya de la Mezquita-Catedral,y que ayer pudieron exponer los arquitectos conservadores de este conjunto monumental (Gabriel Rebollo, Sebastián Herrero y Gabriel Ruiz) en una singular jornada celebrada ayer en el Palacio Episcopal con 250 expertos. Hallazgos, como el de los tipos de piedra caliza locales usados, que lejos de eliminar incógnitas plantean muchas otras aún más profundas e inquietantes, explicó Herrero.

El objetivo de la jornada, que abrió Manuel Pérez Moya, deán presidente del Cabildo Catedral, la entidad organizadora del encuentro, era poner en común los enormes descubrimientos realizados y debatir y recibir antes de procederse a la restauración de este hito de arte islámico, con influencias bizantinas, mesopotámicas y armenias que por sí solas ya son un campo de estudio a desarrolar. En consonancia con lo extraordinario de la cita, y pese a su sesudo carácter académico, pocas cosas fueron comunes en el encuentro, como el paseo por las cubiertas de la Mezquita-Catedral y la zona del mirhad y la maqsura a la que se invitó a los participantes.