Un grupo de padres de niños enfermos con Trastorno del Déficit de Atención con Hiperactividad se ha unido a varios psiquiatras para demandar que se establezca como especialidad de la psiquiatría infantil, ya que aseguran que la falta de profesionales formados provoca fallos en los diagnósticos.

El colectivo está integrado por asociaciones de Alicante, Vigo, Valencia, Cádiz o Almería, y está promovido por la Asociación Sevillana de Padres y Afectados con Trastornos Hipercinéticos, cuya representante, Lourdes Iglesias, dijo ayer que ya han recogido 6.000 firmas para su propósito.

Iglesias explicó que en España los niños con trastornos mentales son diagnosticados y tratados por pediatras o psiquiatras de adultos, lo que acaba costando a los padres "un duro peregrinar", como en el caso de su hija, a quien le detectaron la enfermedad con 4 años pero no recibió la medicación hasta los 10.

NIÑOS DESOBEDIENTES Además, denunció que hay un desconocimiento de la enfermedad, y que en muchas ocasiones no solo el entorno, sino también los propios médicos, creen que el comportamiento anormal de estos niños se debe más a un problema de los padres que a una patología. Así, son muchos los que piensan que los menores "son desobedientes o maleducados" y no se dan cuenta de que en realidad están enfermos.

Según denuncia la plataforma, de los 400 psiquiatras infantiles que ejercen en España, solo hay entre 35 y 40 que han recibido una formación especializada, y los profesionales que atienden a los niños hiperactivos se limitan a hacer cursos o máster de unos meses, mientras que en el resto de Europa existe una titulación de cinco a siete años.

Uno de estos médicos es Jaume Cañellas, que ejerce en Gerona y asegura que el hecho de que no existan médicos especializados da lugar a que en ocasiones no se diagnostique como tal a un niño hiperactivo, lo que hace más probable que acabe desarrollando trastornos de conducta, mientras que si se tratan, muchos de estos enfermos pueden tener una vida normal.

También son frecuentes los casos de sobrediagnóstico, en el que se considera hiperactivo a un niño por ser demasiado inquieto, algo "muy grave", según Cañellas, ya que "acaban convirtiendo en un adicto y en un enfermo a un niño normal".

Asimismo, denunció que la Seguridad Social no cubre medicamentos como la atomoxetina, que a diferencia de otros que se usan para tratar la hiperactividad no crea dependencia y es más efectiva, pero que supone un desembolso para los padres de 120 euros por 28 pastillas.