Entre un 5% y un 10% de los centros sanitarios tienen riesgo alto de que su personal sufra agresiones de pacientes o familiares, y más de un 40 % un riesgo medio, según la clasificación elaborada por los interlocutores sanitarios de la Policía Nacional y la Guardia Civil, una figura que cumple un año. Según el inspector de la Policía encargado en Sevilla de esta interlocución, Domingo Cabrera, dicho riesgo no está tanto en función de los incidentes sufridos sino más por las medidas de seguridad, personales y tecnológicas, con las que cuentas los centros, más bien escasas en los ambulatorios y mayores en los hospitales.

Pese a ello, en este primer año, uno de los incidentes más graves en un hospital sevillano, donde el familiar de un paciente ingresado la emprendió a patadas y puñetazos con un médico por no atender a sus exigencias, y fue detenido, ya que desde la reforma del Código Penal de 2015, los profesionales sanitarios son autoridades y agredirles está tipificado como un delito de atentado. No son los casos más frecuentes, pues desde la puesta en marcha de la figura del interlocutor sanitario en Sevilla, Cabrera sólo recuerda dos detenciones en la capital y los siete grandes municipios competencia de la Policía Nacional.