María Salmerón, condenada por incumplir el régimen de visitas de su hija con su exmarido condenado por maltratarla, arremetió ayer contra el Tribunal Supremo por anular el indulto que le concedió el Gobierno en 2016 y anunció que volverá a pedirlo porque no es «ninguna delincuente».

El Supremo acaba de anular el tercer indulto parcial concedido por el Consejo de Ministros a María Salmerón el 22 de julio de 2016 en el que le conmutaba la pena de cuatro meses de prisión por 30 días de trabajos en beneficio de la comunidad y el pago de 6.000 euros a su exmarido -que fue condenado a 21 meses de cárcel por violencia de género- en concepto de responsabilidad civil. El alto tribunal argumenta que el indulto no estaba suficientemente motivado y que Salmerón no ha cumplido las condiciones que implicaba, es decir, los 30 días de trabajo para la comunidad y el pago de la indemnización.

En una concentración a las puertas de los juzgados de Sevilla, Salmerón alegó que no ha recibido la notificación para realizar los trabajos en beneficio de la comunidad pese a que comunicó en los juzgados un cambio de domicilio para dirigirse a ella. También señaló que su exmarido «está cobrando» porque desde noviembre le están embargando su nómina, aunque admitió que no inició los pagos voluntariamente porque no tiene «liquidez» y el banco no le da crédito.

Arremetió con dureza contra el sistema judicial por «hostigamiento» y acusó al Supremo de «dejarse contaminar por una de las partes», su exmarido, que recurrió al contencioso administrativo la concesión del indulto y «está utilizando al sistema judicial para torturarme».

«Yo no soy ninguna delincuente, soy una madre que ha protegido o intentado proteger a mi hija de un maltratador», subrayó.