La presidenta de la Junta de Andalucía en funciones, Susana Díaz, trasladó ayer jueves a todo aquel que se le acercó en el Congreso para preguntarle cómo estaba tras la debacle de su partido en las elecciones del pasado domingo que se encuentra «fuerte, segura y tranquila».

Díaz, a quienes los periodistas dirigían todas las miradas, se sentó en una de las primeras filas de la tribuna de invitados, en medio de los presidentes de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y de Asturias, Javier Fernández, con el que estuvo charlando largo y tendido.

Tras la debacle del domingo, donde los socialistas se dejaron 14 escaños y más de 400.000 votos, el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, refirió a la necesaria «regeneración» en el PSOE andaluz y apuntó a una posible dimisión de Díaz. Sus palabras generaron un gran malestar en el PSOE andaluz, aunque fueron rectificadas el día siguiente.