Andrew Pocrid es la firma de Andrés Pozuelo, un joven cordobés a quien su pasión por la moda lo llevó a Milán y la casualidad, a la moda flamenca. Hoy estrena por primera vez su nueva colección en Córdoba, en la sala Hacienda S’Cultura (carretera Palma del Río), en un desfile patrocinado por Hyundai Corhyund.

-¿Por qué se cambió el nombre? Andrés Pozuelo suena muy flamenco.

-Bueno, es que yo nunca quise ser diseñador de moda flamenca, eso surgió después que el nombre. Me lo inventé para mi primer perfil en las redes sociales y se ha quedado conmigo. En realidad, yo soy la persona menos flamenca del mundo. Ni soy feriante, ni he ido al Rocío en mi vida, ni mi familia lo es. Me gusta el flamenco, pero no bailo sevillanas y cuando bailo, lo hago a mi manera. La moda ha estado siempre en mi vida, el flamenco no.

-¿Cómo le vino la inspiración?

-En unas vacaciones de Semana Santa, vine a Córdoba e hice unos trajes para mi familia que causaron mucho revuelo, así que decidí hacer una primera colección como profesional en pasarela. Los presenté en el Simof por probar y tuve tanto éxito que decidí continuar. Ya van cinco años.

-¿Le ha atrapado esta moda o quiere probar cosas nuevas?

-Estoy deseando probar cosas nuevas. Por eso cada vez meto en los trajes puntos que no son del traje de flamenca al uso. Mi sello es el de una flamenca muy glamourosa, vistosa, con volantes muy trabajados y con diseño de estampados y tejidos propios que no pasan desapercibidos a nadie.

-Hay una máxima que dice que menos es más. ¿Comparte ese argumento?

-Para nada. Yo creo que igual que, cuando uno va a ver arte, se detiene a mirarlo, cuando una mujer lleva un traje bonito, tiene que llamar la atención.

-Entonces es más del refrán de ‘para presumir hay que sufrir’.

-Solo puedo decir que mis clientas repiten. Mis trajes pueden parecer a primera vista más aparatosos de lo que son, pero hemos estudiado el diseño del volante para reducir el peso, pero un vestido con 60 u 80 metros de tela no es como uno de 12 metros. La mujer que se compra un traje mío quiere estar guapa, lucirlo y pasearlo.

-¿Sabe coser o solo diseñar?

-Yo soy de los que hacen todo el proceso, desde el patronaje a coser y dar el último remate. En Milán, no se daba importancia a la costura, pero he aprendido de mi madre y probando, equivocándome, de forma autodidacta.

-Su madre está muy presente en su vida. ¿Le da muchos consejos?

-Mi madre está ahí para lo que necesite, pero no opina sobre mi trabajo, no me condiciona para nada. De hecho, no ha visto la colección, antes del desfile solo la vemos mi equipo y yo.

-¿Cómo son sus clientas?

-Son mujeres de nivel económico medio-alto que se preocupan por su imagen. La mayoría son andaluzas, pero también tengo muchos encargos de mujeres de fuera (Dubái, Australia...) que se visten con traje de flamenca en eventos y en fiestas temáticas.

-¿En sus desfiles hay modelos curvy?

-Este año, hay chicas de 90 y 105 de cadera, de 16 a 54 años, pero hay que decir que en pasarela se eligen modelos de talla estándar por una cuestión práctica, porque fabricamos todo de una talla y no hay tiempo para probar y adaptar, aunque la mujer flamenca está más guapa con curvas.

-¿Qué vamos a ver hoy en la pasarela?

-Una colección con el color como protagonista, con tejidos elásticos, mucho estampado y, como concepto, aires de 70-80, de la época de la psicodelia, veremos complementos muy grandes, grandes escotes y espaldas, vestidos muy entallados con volumen en falda y también mucho pantalón.