Asesinatos, intriga, relaciones de poder, corrupción. Son algunas de las claves de Algo va mal (Destino), la nueva novela negra de Fermín Bocos, «una descripción descarnada y fría sobre las relaciones entre las altas esferas de la política y el poder económico con los medios de comunicación».

El nuevo thriller del escritor y periodista cántabro comienza con el asesinato de un magnate de los medios de comunicación y gira en torno a las corruptelas que se gestan en los círculos de poder, pero sin estar basado en ningún personaje real, como ha recalcado el autor. El crimen es un «instrumento de los poderosos al que han recurrido siempre políticos y empresarios para acabar con rivales o encubrir delitos», afirma el autor en una entrevista con dos medios de comunicación, uno de ellos Efe.

«Hay dos tipos de crímenes, el que se hace para que no queden huellas y el que es un aviso y advertencia a terceros», describe el escritor sobre el asesinato que da comienzo a la historia y que despierta en el lector una «intriga durante toda la novela hasta que sale a la luz el verdadero culpable que hay detrás de todo».

Este escándalo dará inicio a una investigación del inspector de policía, Gabriel Montañés, que descubre un entramado de crímenes y corrupciones a raíz del asesinato de Cosme Damián. El fondo de la novela, «sin pretenderlo», es «un juicio de época con la corrupción de fondo y los periodistas y policías como testigos de la forma de actuar del poder político y empresarial», ha comentado el autor.

Amsterdam, Madrid, Berlín o Gibraltar son algunos de los principales escenarios donde se desarrolla una historia que se verá salpicada por conflictos tan diferentes como la actuación de «la Stasi, la policía política de la RDA; la mafia rusa; el tráfico de obras de arte falsificadas; y otros negocios fraudulentos». Algo va mal mezcla elementos de la más pura novela negra con una historia sobre las relaciones de poder como telón de fondo donde se muestra a los poderes políticos, económicos y fácticos como «suministradores de miedos artificiales a nuestra sociedad». Bocos pone como ejemplo de estos «miedos artificiales» la guerra de Irak. «Se utilizó la premisa falsa de la existencia de armas de destrucción masiva para crear miedo a la sociedad y justificar una intervención militar o el aumento del gasto de defensa», ha añadido.

Porque precisamente la guerra de Irak, los «intereses y consecuencias económicas» que provocaron ese conflicto, es el punto de partida real de una historia que sin embargo es totalmente ficción.

«La novela puede definirse como una crónica de una serie de hechos que son ficticios, pero que podrían ocurrir en nuestra sociedad. Algo que está inventado pero que se ajusta tanto a la realidad que al lector le resulta familiar», ha comentado Bocos. La novela transcurre rodeado de procedimientos judiciales y policiales «muy fieles a la realidad», como puede ser la forma de actuar de la Europol o los procesos llevados a cabo por los jueces en este tipo de crímenes internacionales.

Esta «verosimilitud» que ha querido conseguir el autor se traslada a los distintos escenarios y contextos de las fechas donde transcurren los hechos. Un conocimiento en el que Bocos no ha necesitado excesiva documentación ya que es un «conocimiento fruto de la experiencia de mi carrera en los medios durante tantos años».

Fermín Bocos ha trabajado en las principales emisoras de radio y televisión. Ha dirigido informativos en la Cadena SER, la COPE, Telecinco y Telemadrid, cadena de televisión de la que fue uno de los fundadores, además de haber sido director y colaborador de otros programas y medios de comunicación.

Ganador del premio Ondas por dirigir el informativo de las 8 de la Cadena SER, el escritor cántabro publica, con este libro de la editorial Destino, su quinta novela.