-«Soy el tío más feminista del mundo. Sin embargo, tengo mis contradicciones». Así arranca tu novela.

-Quién no se ha sentido feminista alguna vez y ha estado a favor de la igualdad y luego, cuando ha hecho examen de conciencia, ha descubierto que es un verdadero machista.

-Tu protagonista está convencido de que toda conquista social ha requerido una revolución violenta. La feminista también.

-Como no tengo muy claro si la violencia ayudará o no ayudará al movimiento feminista, y es una duda que tengo, efectivamente, planteo las preguntas en el libro. Por eso lo he escrito.

-Tu relato es la visión de un hombre contemporáneo que se acerca al feminismo. ¿Mucho que ver con la realidad?

-Sí. Creo que, cada vez más, los hombres por fin, después de muchos años de inactividad, pereza y vagancia, nos estamos acercando al feminismo interesados por él.

-¿Con esta novela vas a perder más amigos machistas o más mujeres feministas?

-No tengo ni idea de lo que pueda suceder. Espero, como mínimo, que muchos hombres hagan examen de conciencia y que les escueza porque se vean reconocidos.

-En el fondo, tu novela es una historia de amor cargada de contradicciones. Vamos, como la vida.

-Yo creo que todos tenemos contradicciones y quien diga que no, seguramente está mintiendo. También en nuestra relación con el feminismo y con el machismo.

-¿El humor y la ironía pueden ser a veces, como en tu libro, la mejor arma para destripar la realidad?

-No sé si la mejor pero, desde luego, es un arma muy útil para denunciar, para criticar y para hacer daño.

-Sostienes que el machismo que sufrimos los hombres es algo genético. ¿Hay alguna cirugía para poder extirparlo?

-Bueno, lo de genético es una boutade. Las únicas herramientas que tenemos a nuestro alcance son, primero, mirarnos a nosotros mismos, corregirnos. Y luego, trabajar también con los hombres de nuestro alrededor para intentar construir un mundo mucho más igualitario.

-Es cierto que, aunque lentamente, los hombres vamos concienciándonos de este grave problema del machismo. ¿A ti este libro te ha cambiado o sigues siendo feminista de lunes a viernes?

-No. Sí que he cambiado. Pero mentiría si dijera que he radicado de mí todos los comportamientos machistas con los que he crecido y con los que he vivido.

-Eres consumidor de pornografía, aunque cada vez menos. Dices que el porno está teniendo una influencia muy fuerte en los más jóvenes.

-Sí. Y, efectivamente, esta es una de mis contradicciones. En algún momento, seguramente, tendré que detenerme a pensar fríamente cuál es mi relación con el porno. Pero, a día de hoy, lo que has dicho es completamente cierto.

-¿El nuevo panorama, con la presencia en el escenario de Vox, hará tambalear los objetivos hasta ahora alcanzados?

-Vox es un partido abiertamente machista y sospecho que muchos de mis miembros son irrecuperables para una sociedad futura que defienda la igualdad. No creo, sin embargo, que vaya a detener el auge del movimiento feminista.

-¿Algún día dejaremos de ver y escuchar noticias sobre mujeres asesinadas?

-Cuando los hombres dejemos de matarlas.