Exultante tras conocer que el Nobel de Física de este año ha premiado las investigaciones sobre los agujeros negros, materia en la que es una autoridad mundial, Juan García-Bellido, catedrático de Física Teórica de la Universidad Autónoma de Madrid, destaca en la Fundación Ramon Areces la insignificancia del ser humano en un universo repleto de millones de galaxias, objeto de su estudio indesmayable. “Somos los exploradores del espacio”, agrega orgulloso de equiparar su investigación con quienes les precedieron en el descubrimiento de nuevos océanos y continentes. Ahora les toca averiguar los orígenes del universo a través del plasma primordial, la “sopa” caliente que se formó una millonésima de segundo después del Big-Bang y que después se convirtió en la materia que constituye el cosmos.

-¿En qué consiste la predicción robusta de la teoría general de la relatividad del británico Roger Penrose por la que acaba de ser reconocido con el premio Nobel de Física?

-Demuestra de una forma matemática muy ingeniosa que una nube de polvo, de materia sin presión, colapsa necesariamente para formar un agujero negro.

-¿Cómo es el objeto compacto supermasivo existente en el centro de nuestra galaxia, descubierto por el alemán Reinhard Genzel y la norteamericana Andrea Ghez quienes comparten el Nobel de este año con Penrose?

-En el centro de nuestra galaxia hay un agujero negro de cuatro millones de veces la masa solar. Tiene una atracción sobre las estrellas que orbitan alrededor de él. Hay una región muy concreta, Sagitario A*, que es muy masiva y muy compacta y es precisamente ese agujero negro.

Hábleme de la danza de un conjunto de estrellas de nuestra galaxia que orbitan a gran velocidad y que han conseguido medir estos dos astrónomos.Hay una veintena de estrellas que orbitan cada una en su plano alrededor de ese agujero negro central situado en el centro de la Vía Láctea. Al orbitar no repiten su trayectoria, sino que siguen un movimiento de precesión y la trayectoria cambia con cada giro, siguiendo las predicciones de la relatividad general, la teoría de Einstein.

-¿Qué sabemos a ciencia cierta de esos secretos que, según Goran Hansson, secretario general de la Real Academia Sueca, son los más oscuros del universo?

-De los agujeros negros sabemos que tienen masa, pueden tener carga, y rotan. Estudiarlos nos puede llevar a descubrir cómo fue el origen del universo.

-¿Son esos objetos tan densos y de tanta masa que tragan todo lo que se les acerca?

-No se lo tragan todo, solo lo que cae cerca de su superficie. Mientras las estrellas estén orbitando a cierta distancia están seguras. El miedo atávico a los agujeros negros es infundado.

Estamos hablando de agujeros negros, pero seguimos sin saber en qué consisten.

Es una región del espacio de la cual no puede salir ni la luz, donde las leyes de la física entran en un régimen de máxima incertidumbre. Y ahora lo que hacemos es explorar esas regiones que están a distancias astronómicas.

-¿Cómo llevan a cabo esa exploración?

-Observando la luz que nos llega de esos objetos. Somos los exploradores del espacio. Antes se exploraban las regiones desconocidas de la Tierra y lo que tratamos de hacer ahora es cartografiar el espacio adentrándonos cada vez en regiones más profundas. Cuanto más profundo vamos, más atrás en el tiempo nos situamos, hasta adentrarnos en el origen del universo, conociendo esa materia, o esa radiación que observamos en el universo.

-¿A qué conclusión han llegado ya?

-Yo creo que en ese origen del universo se formaron los agujeros negros que dan lugar a la materia oscura. Einstein llegó a dudar de la existencia de los agujeros negros. Teóricamente sabía que existían, ya que salían de sus ecuaciones, pero dudaba de que en realidad hubiera esos agujeros negros en el universo. Einstein predijo su existencia, pero murió sin saber lo que eran porque no fue hasta la década de 1960 cuando se sentaron las bases para comprenderlos.

-¿Tenemos claro qué lugar ocupa la Tierra en el cosmos?

-Un lugar insignificante. La Tierra habita en un sistema solar alrededor de una estrella muy normalita, como miles de millones que hay en nuestra galaxia y a su vez esa galaxia es también muy normalita porque hay millones de millones de galaxias. Saber que no somos nada especial es lo que nos hace especiales. Somos poquita cosa en el universo.