Sandoval insiste en cada rueda de prensa previa a un partido de esta temporada en que quiere construir al Córdoba desde la defensa. Jugar con las líneas juntas, no conceder errores al rival y aprovechar las oportunidades que pesquen los atacantes blanquiverdes. «Tenemos que construir desde la defensa», dijo el de Humanes en la previa. Ayer de ese plan solo salió la última parte, aquello de aprovechar lo poquito que se genera en ataque. De los pocos acercamientos con peligro al área de Osasuna el delantero italiano Piovaccari sacó oro. Sensacional salto, mejor remate orientado de cabeza y gol. Era el tanto del empate y con la segunda parte ya empezada.

Muchos pensamos que por primera vez en esta temporada los cordobesistas regresarían a casa con al menos un punto. Pero el Córdoba sigue sin sumar a domicilio y su situación actual en la clasificación -colista con seis puntos de 27 posibles- es preocupante. Ayer se repitieron los errores en defensa que tantos partidos están costándole al equipo de Sandoval. Con el empate en el luminoso y la grada de El Sadar con el runrún que tanto desquicia a un jugador que juega en su estadio, un córner defendido de forma pésima por el Córdoba acabó en el segundo palo. Allí esperaba Kike Barja, libre de marca, para rematar ante un Carlos Abad que casi pudo despejar la pelota, pero al que se le coló definitivamente. La jugada merece la pena que sea vista, revisada y analizada por el cuerpo técnico, con Sandoval a la cabeza. El saque de Osasuna es en corto, el lanzador inicial recibe nuevamente y cuelga la pelota con parábola, para evitar que Abad salga de puños. En ese instante hasta cuatro jugadores del Córdoba miran como el esférico pasa por delante de ellos y llega a Barja. Antes de que el rojillo rematase ya se atisbaban un par de manos levantadas de futbolistas con la zamarra blanquiverde. Pero el linier comenzó a correr al centro del campo. Gol válido tras una nueva zozobra del Córdoba a balón parado. El segundo tanto de Osasuna dejó tocado mentalmente a los jugadores cordobesistas.

Entonces los locales se crecieron y buscaron el gol de la sentencia. Y este llegó en un nuevo fallo del Córdoba atrás. Falta cometida por Bambock a un metro de la frontal del área. Roberto Torres coge la pelota, la acaricia, la sitúa donde el árbitro le indica y lo demás ya lo sabemos. Libre directo lanzado de manera magistral, imposible para un Carlos Abad que se tiró y que llegó a chocar contra el palo, aunque no fuese suficiente. Cabe recordar otra fase pronunciada por Sandoval en la previa: «Hay que tener cuidado con la estrategia a balón parado de Osasuna». Juzguen ustedes si se tuvo cuidado o no ayer en El Sadar. Y que cada palo aguante su vela.