Por fin se vieron caras sonrientes en el entrenamiento del Córdoba. Ayer la primera plantilla blanquiverde se desplazó a las instalaciones municipales de El Fontanar por el mal estado del césped del campo de entrenamiento de la ciudad deportiva. Allí se ejercitaron los jugadores del Córdoba, que degustaban entre estiramientos y toques de balón la primera victoria de la temporada, lograda el pasado miércoles ante el Nàstic. Ganar siempre sienta bien, ya sea en Liga o en Copa. Romper el mal arranque de la temporada sirvió para que el entrenamiento transcurriese con otra dinámica. Por otra parte fue una sesión liviana, con menos carga física de lo habitual para recuperar a los jugadores que acabaron más cansados del partido del día anterior. De hecho la mayoría de los titulares -Luis Muñoz, Quezada o Vallejo, entre otros- comenzaron con un calentamiento recuperatorio y solo se unieron a sus compañeros a la media hora de comenzar. Junto a ellos estuvo Javi Lara, que también alternó los calentamientos con la dinámica grupal.

El pasado ya no existe y el futuro es el Málaga, equipo que recibe al Córdoba en La Rosaleda mañana a las 18.00 horas. En parte por ello se desplazó hasta El Fontanar Rafa Berges, director deportivo de la entidad blanquiverde. Berges presenció in situ la evolución de los jugadores antes de charlar con varios miembros del cuerpo técnico.

SIN BLATI TOURE

El ausente de la sesión de entrenamiento fue Blati Touré, que debutó a un nivel notable ante el Nàstic pero acabó el partido con una sobrecarga. De hecho el africano fue sustituido en la segunda parte para evitar males mayores. El que sí se entrenó fue Marcos Lavin, que prosigue con su proceso de recuperación, aunque lo hizo al margen y con el preparador de porteros. El Fontanar vivió así una imagen atípica con una plantilla cordobesista dividida según la carga física soportada en partidos anteriores pero con la mente puesta en el Málaga.