Los equipos de fútbol son una manera de ser, dijo Michel Platini, y el Córdoba CF es un conjunto falto de identidad desde hace demasiado tiempo y, por lo tanto, sin personalidad ni forma de ser definida. Esa línea descendente iniciada hace un lustro, tantos cambios en el propio plantel, posición por posición, y un banquillo en constante cambio han provocado que al conjunto blanquiverde no se le pueda identificar por ninguna virtud. De hecho, tampoco se puede cargar la suerte en su contra excesivamente en algún aspecto y más bien se ha dado un baño de mediocridad que le ha llevado, primero, a Segunda B, y posteriormente a no poder aspirar al regreso al fútbol profesional. Al menos por ahora.

Pero si pretende hacerlo, posiblemente en lo primero en lo que haya que realizar un esfuerzo es en encontrarle esa identidad. Para dar con ello, nada mejor que la competitividad y, para llegar a esta, la primera regla es la de la seriedad defensiva, un buen camino para ganar en confianza y poder desarrollar otras virtudes en el equipo.

El reto de este nuevo Córdoba CF deberá ser encontrar esa identidad que, en ocasiones, puede trascender incluso al propio inquilino del banquillo. Los números defensivos del Córdoba CF han sido entre mediocres y desastrosos en el último lustro, pero incluso en la temporada recién acabada, en la que se quedó fuera de las eliminatorias de ascenso en la última jornada disputada, se volvió a comprobar que, aparentemente, el club hizo una apuesta el pasado verano en la que fracasó estrepitosamente y, posteriormente, no tuvo alternativa.

MUCHO DEFENSA, MÁS GOLES / Así, el planteamiento de aquel Córdoba CF de Enrique Martín era el de plantear un equipo serio en el aspecto defensivo. La composición del plantel no engañaba: entre porteros, defensas y mediocentros defensivos, el Córdoba CF ocupó 13 fichas. Pero las primeras dudas dieron paso a la incapacidad. Con un esquema de tres centrales y dos carrileros, el conjunto blanquiverde no llegaba al área rival y, lo más preocupante, seguía mostrando su mal endémico: frabilidad defensiva. Tras nueve jornadas con Martín, los blanquiverdes anotaban 10 goles, pero encajaban otros tantos. La llegada de Agné supuso un mayor equilibrio defensa-ataque, pero el de Mequinenza no pudo superar los propios males de la confección de la plantilla y esa fragilidad atrás, aunque el equipo mejorara en algunos aspectos.

De hecho, entre los 16 equipos que disputarán las eliminatorias de ascenso a Segunda División, el Córdoba CF muestra unos números defensivos nada destacados. Diez equipos han encajado menos goles que los blanquiverdes, uno -Atlético de Madrid B- recibió los mismos, mientras que seis encajaron más goles que los cordobesistas (27): el Yeclano (33), la Cultural (28), el Bilbao Athletic (35), el Valladolid Promesas (28) y el Peña Deportiva (41). En 19 de los 28 partidos de Liga regular el Córdoba CF encajó algún gol, casi el 70% de los partidos. El líder del Grupo IV, el Cartagena, encajó gol en 14 partidos, el 50%. Además, esos cinco equipos que encajaron menos que el Córdoba CF, obviamente, anotaron sensiblemente más que los blanquiverdes, que marcaron 33 goles en Liga regular: el Yeclano, 42, la Cultural, 45, el Bilbao Athlétic, 55, el Valladolid Promesas, 43 y el Peña Deportiva, 43.

Por lo tanto, el plan del Córdoba CF de ser fuerte defensivamente hablando fracasó, sobre todo si se tiene en cuenta la confección de su plantel, por lo que tuvo que variarlo en el campo, intentando llegar más a portería rival y aumentando el nivel goleador. Algo que estaba llamado al fracaso. Ningún equipo de los 16 clasificados para el play off ha marcado menos goles que el Córdoba CF. Tan solo el Cartagena, precisamente el líder del Grupo IV, anotó los mismos goles que los blanquiverdes, 33, en los 28 partidos de Liga regular, aunque como se ha dicho, los blanquinegros encajaron solo 19, ocho menos que los cordobesistas. Los otros 15 anotaron desde los 34 goles del Cornellá hasta los mencionados 55 (casi dos por encuentro) del Bilbao Athletic, 22 goles más que el Córdoba CF.

Con una defensa que apenas aportó nada destacable, superada en multitud de ocasiones a pesar de los esfuerzos económicos del pasado verano, y una delantera lejísimos de números que hicieran soñar, al menos, con los play off, al Córdoba CF de la 2020-21 se le presenta un gran reto: crear un estilo, algo de lo que ha carecido en las últimas campañas.