Una expedición formada por 16 representantes políticos, cronistas y periodistas españoles acudieron a la 16ª edición del Simposio de la Paz celebrado en Londres, el 9 de marzo, por la Comunidad Ahmadía del Islam, con sede en Pedro Abad.

El líder mundial de la Comunidad Musulmana Ahmadía, el quinto jalifa (califa), su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad, pronunció el discurso principal.

El evento se celebró en la mezquita Baitul Futuh, de Londres, con una audiencia de más de mil personas, incluidos 700 dignatarios e invitados de 30 países, entre los que se encontraban ministros, embajadores de estado y miembros del Parlamento. Hasta allí se desplazó una delegación española formada por 16 personas, entre parlamentarios y senadores nacionales, cronistas, periodistas y representantes de instituciones públicas.

Durante el evento, Hazrat Mirza Masrur entregó a Fred Mednick, fundador de Teachers Without Borders (Maestros Sin Fronteras), el Premio Ahmadía para el Avance de la Paz, en reconocimiento a sus esfuerzos para brindar acceso sin restricciones a la educación en algunas de las partes más deprimidas del mundo. Mirza Masrur Ahmad comenzó su discurso afirmando que la Comunidad Musulmana Ahmadía nunca renunciará a sus esfuerzos para promover la paz y la justicia y advirtió que las rivalidades entre las naciones son cada vez mayores y que las nuevas líneas de conflicto que están surgiendo podrían tener consecuencias desastrosas. Por otro lado destacó que una guerra nuclear no es una posibilidad remota, sino una amenaza creciente que ya no puede descartarse ni ignorarse. Mencionó una serie de catalizadores apremiantes, incluidas las tensiones entre las potencias nucleares, los conflictos y las guerras de poder en el Medio Oriente, el nacionalismo de extrema derecha, los sentimientos contra la inmigración, las frustraciones económicas y el aislacionismo, «que continúan empujando a las naciones hacia la guerra nuclear y la destrucción global».

Advirtió sobre la catastrófica destrucción nuclear que ocurriría si las naciones no mostraban tolerancia o no se esforzaran por romper las causas de la división entre ellas. También llamó la atención a que en los últimos días el mundo ha sido testigo de una repentina escalada de tensión entre India y Pakistán. Ambos países son potencias nucleares y han establecido alianzas con otras naciones, ya sea abiertamente o en secreto, lo que significa que las posibles consecuencias de una guerra serían extensas y de gran alcance.

En cuanto a Siria, recalcó que «durante casi una década, ha sido devastada por derramamientos de sangre y ha quedado destrozada. Se dice que la guerra civil está llegando a su fin, pero, ¿qué se ha logrado en la última década, excepto la muerte de cientos de miles de personas inocentes y el desplazamiento de millones de personas más? Nada positivo ha emergido, y el futuro sigue siendo incierto y precario a medida que aumentan las tensiones entre las naciones que tienen sus propios intereses creados vinculados al futuro de Siria».

Mencionó que aunque estas naciones intentaron derrotar a grupos extremistas como Daesh en el Medio Oriente, «solo han permitido que sus odiosas enseñanzas se extiendan más». Al hilo de esta reflexión, apuntó que «se dice que el grupo terrorista Daesh está al borde del colapso y que su llamado Jalifato está terminado. Sin embargo, los expertos también advierten que, aunque ha perdido su territorio, su ideología de odio persiste y los miembros que han sobrevivido ahora se están dispersando, pudiendo eventualmente reagruparse y perpetrar ataques en Europa o en cualquier otro lugar».

También enfatizó que el auge del nacionalismo continúa y que los partidos de extrema derecha están ganando popularidad a nivel mundial. Explicó que una razón que sustenta la popularidad de la extrema derecha ha sido la inmigración generalizada.

Su Santidad explicó además que el resentimiento proviene de la creencia de que los ciudadanos indígenas existentes están siendo estafados para financiar y apoyar a los inmigrantes. Proporcionó una solución a largo y corto plazo para resolver este problema urgente, añadiendo que «para ello se debe establecer la paz en países devastados por la guerra y ayudar a la gente local, que se ha visto obligada a soportar vidas de miseria y peligro, a vivir en paz».

En este sentido puso de manifiesto que «desde el punto de vista islámico, la paz se puede lograr mejor a través de la unidad. Sin embargo, lamentablemente, en lugar de unirnos, buscamos la separación y priorizamos nuestros intereses individuales sobre los colectivos”.

También intervino en el Simposio Kevin McDonald, arzobispo emérito de la Archidiócesis Católica Romana de Southwark, quien dio las gracias a la Comunidad Musulmana Ahmadía por su firme determinación en la promoción de la paz.

McDonald dijo que «esta iniciativa es bastante inusual, diferente e imaginativa, y reúne a personas de diferentes religiones, diferentes fes, personas del sector público y privado, personas de diferentes ámbitos de la vida para reflexionar sobre la paz, porque la paz es un problema para todos nosotros […] Agradezco a la Comunidad Ahmadía la llamada de atención sobre la centralidad de la paz, por invitar a personas de diferentes credos y normas a unirse».

Al aceptar el Premio Ahmadía por el Avance de la Paz, Fred Mednick, fundador de Teachers Without Borders (Maestros sin fronteras), dijo que «con este premio, su santidad, la Comunidad Ahmadía ha escuchado la voz del maestro y ha escuchado la canción de los maestros […] Solo puedo decir aquí hoy, honrado por la hospitalidad, la calidez y la apertura de esta comunidad, ya que es un honor especial recibir este premio; haremos todo lo posible, Insha’Al-lah [que Dios quiera], para llegar a todos los maestros que podamos en este planeta e incluso a más maestros y niños en esos pequeños lugares de la Tierra».

Finalmente hubo una oración silenciosa dirigida por su Santidad y una cena de hermandad entre todos los asistentes, quienes se mostraron perplejos por la experiencia vivida en un espacio musulmán donde solo había palabras en torno a la paz y la armonía entre todos los habitantes de la Tierra.

Tanto antes como después de la celebración, su Santidad se reunió personalmente con varios dignatarios e invitados y celebró una conferencia de prensa con periodistas y miembros de los medios de comunicación llegados de diferentes puntos del mundo. También ofreció una audiencia a la expedición española, donde intercambiaron impresiones acerca de la situación que vive España y el mundo.