-¿Por qué está de nuevo en crisis el sector agrario?

-A la agricultura se le ha pedido mucho en todo este tiempo, sobre todo en calidad, sostenibilidad y tecnificación. Eso tiene unos costes de producción. En el aceite de oliva, por ejemplo, los costes de producción han subido y su precio ha bajado un 40%. Si hablamos de frutas y hortalizas, la caída ha sido de un 20%. El sector agroalimentario no es solo la producción, sino también las empresas agroalimentarias, que representan el 8% del PIB andaluz y el 10% del empleo. Es un sector vital para el devenir de la fijación de la población en el medio rural, lo que ha permitido que Andalucía sea una de las tierras que menos se ha despoblado en estos años. Lo que ocurre es que los costes de producción no van anexionados a unos precios justos al agricultor.

-¿Qué no se está haciendo bien?

-Hay muchas cosas por hacer. El sector está pidiendo una nueva ley de la cadena alimentaria, no ahora, sino hace muchos años. La actual ley de la cadena alimentaria, que hizo Miguel Arias Cañete, ha sido buena, pero ha servido hasta hace unos años. Ya había que modificarla. Otros países como Francia han dado una vuelta a la ley, han planteado en esa ley los costes de producción, la no venta a pérdidas. No se puede poner el precio a los productos, pero en estos momentos lo que no se puede permitir es que se venda por debajo de los costes de producción. Además, España ha perdido el tren en algunos momentos, como ha sucedido con los aranceles. Otros países han sido más hábiles, por lo que tenemos que reaccionar. Hay que reaccionar también contra el veto ruso y con el brexit. En los acuerdos con terceros países, hay que revisarlos para que sean menos lesivos para nuestros intereses. Es fundamental que se cumplan esos acuerdos en aspectos como los contingentes de productos y en la exigencia fitosanitaria que se pide a nuestros productos.

-¿Cómo analiza las noticias que llegan sobre la nueva Política Agraria Común (PAC)?

-En esta PAC se está hablando mucho del pacto verde, que nos parece perfecto, pero hay que ensamblarlo con la PAC. Se está hablando de un recorte de fondos a la agricultura del 14% y del efecto también en fondos estructurales. Hay un miedo en el campo de que la PAC se vea perjudicada por esta circunstancia, porque no se ha vendido suficientemente que la agricultura es un sumidero de CO2 y, por tanto, viene a mejorar el medio ambiente. La emisión de gases de efecto invernadero de la agricultura, comparada con otros sectores, es nimia. Si somos un sector que está fijando la población en el territorio y, además, somos sumidero de CO2 y hacemos cada vez prácticas más sostenibles, eso se tiene que valorar en recursos económicos para seguir avanzando, no en recortes. El sector está temiendo por eso. Además, considero que el sector tiene que integrarse, hacerse más potente, más organizado, se tienen que planificar más las producciones y en el futuro el Gobierno de España tiene que pedir más mecanismos de crisis para circunstancias de retirada en las nuevas OCM. En los almacenamientos privados, como el del aceite de oliva, se tiene que desencadenar a un precio más razonable y de forma más contundentes. Además, hay que pedir que figuras como las interprofesionales sean vitales en la PAC.

-¿Hay unidad de la Junta con el Ministerio de Agricultura?

-Considero que la Junta está teniendo mucha lealtad institucional con el Gobierno de España. Lo que sí le hemos dicho en la última reunión al ministro es que no tiene el peso necesario en el gobierno de España que debería tener. En estos momentos somos una potencia en la agricultura en España y el ministro tiene que tener un peso fundamental que en estos momentos no tiene. Tanto que han intentado mandar las políticas de desarrollo rural a otro ministerio, que hubiera sido una aberración. El ministro de Agricultura no puede estar en una interrogante permanente y gran parte de nuestros problemas, porque hemos reaccionado tarde, es por eso. El Gobierno de España no le ha dado al ministro de Agricultura el peso que tiene que tener un ministerio en un contexto como el español, que somos potencia agroalimentaria. El Ministerio de Agricultura debe tener un presupuesto importante para darle más importancia a la agricultura. Nosotros hemos pedido para el sector bajadas en las cotizaciones de la Seguridad Social y en los módulos para los agricultores. Es un momento idóneo para esto. El presupuesto del Gobierno de España tiene que contemplar esta rebaja. Hay mucho por hacer, pero son dos piezas clave que permitirían respirar ante los costes.

-¿Hace falta mano de obra en el campo?

-Nosotros no nos ocupamos de empleo, pero en lo que influye en el sector agrario, lo que pedimos es que se siga con la política de contingentes. Huelva ha sido pionera en este sentido. En Córdoba ha habido también intentos importantes para los contingentes, porque es un mecanismo apropiado de regulación del mercado de trabajo.

-¿Qué le parece la subida del salario mínimo interprofesional?

-Los agricultores quieren pagar bien a sus trabajadores, en este caso los agricultores que son empresarios. Pero tienen que poder hacerlo y, para eso, tiene que haber un precio justo y vender sus productos de forma adecuada.

-¿Cómo se está actuando en aspectos como la atomización o la incorporación de jóvenes al medio rural?

-Estamos potenciando a los jóvenes agricultores de la mano del sector. Hemos tenido muchas reuniones con las organizaciones profesionales agrarias y estamos dando respuesta a la incorporación de jóvenes agricultores. Contamos 82,5 millones para jóvenes agricultores en la Junta. Todos los que han aprobado el expediente, porque no hay lista de espera, se van a conceder. Se le está adelantando el 25% para que no tengan problemas financieros y se les está flexibilizando el negocio porque pueden cambiar a mitad de expediente sin que decaiga la ayuda. Estamos simplificando la burocracia en el sector agrario y en este primer trimestre se publicará la orden de integración de empresas. Estamos planteando la creación de plataformas de comercialización y plataformas de innovación. Hay que planificar, hay que coordinarse y estamos intentando unir al sector para ser más fuertes para poder vender. En el caso de los terceros países, hemos pedido al ministro de Agricultura que trabaje en contra del veto ruso, que vaya donde tenga que ir para trabajar contra los aranceles de EEUU. Creemos que es una práctica que está sacando de los lineales a muchos productores de aceite españoles, que ya estaban muy posicionados. Además, EEUU estaba sirviendo como efecto dominó para llegar a mercados emergentes. Le hemos pedido al ministerio que revise los acuerdos con terceros países, que no tienen que ser lesivos a los productores europeos. Le hemos dicho que Alemania ha puesto mil millones de euros para afrontar esta circunstancia con el sector. Estamos esperando qué medidas contundentes pone el Gobierno de España. Nosotros hemos puesto en marcha un instrumento para financiar al sector a partir del segundo semestre del año con 750 millones de euros.

-¿Entiende lo que está sucediendo en muchos pueblos, en las que hay dos, tres o cuatro cooperativas y no se unen para competir?

-Esto depende de las empresas. En esta etapa se ha hecho un esfuerzo importante para su impulso y cooperativas de segundo grado están haciendo una labor magnífica y están cogiendo dimensión. Esto es lento, unirse varias cooperativas no es fácil. Nosotros proponemos empezar con una figura, que puede ser una plataforma de comercialización conjunta, donde las empresas se puedan unir y ganemos en dimensión. Las que no quieran estar, se sentarían a ver datos, analizar proyectos o ver precios. El sector ha hecho una gran labor en pro de la unión, aunque queda mucho por hacer.

-¿Cuál sería el mínimo que hay que lograr en la nueva negociación de la PAC?

-Debe ir en las líneas actuales. Había quien se quejaba de la actual PAC, pero cualquier operador agrario firmaría que no hubiera ningún cambio. Tenemos que afinar mucho y hay que pedir una PAC contundente para España y si hay algún recorte, que se evite en la agricultura. En el reparto nacional creo que contaremos con el apoyo del ministerio para que Andalucía no pierda ningún euro. Con respecto a la nacionalización de la PAC, nosotros esperamos que Andalucía no pierda ningún euro respecto a otras comunidades y espero que el ministerio sea aliado de Andalucía en ese sentido. Es la supervivencia de muchos pueblos de Andalucía, del medio rural. Andalucía, además, lo ha hecho bien y no se ha despoblado. Tenemos un bosque mediterráneo y una dehesa que son sumidero de CO2 y si en la política europea están por la cuestión ambiental y nosotros por la revolución verde hay que poner en valor esa agricultura. En el último consejo de gobierno aprobamos las ayudas para cultivos en zonas de montaña, en parques naturales,..., en zonas de difícil de acceso que necesitan apoyo y en lo demás tiene que ser competitiva. Por eso la Junta está terminando un plan estratégico para la agricultura.

-¿El olivar de sierra tiene que tener un trato preferente en la PAC?

-Si en su momento se habló de ayudas acopladas, en estos momentos se está hablando de ecoesquemas, lo que puede ser una solución.

-En Córdoba se demanda más regadío. ¿Qué ha pasado para que no haya avanzado en sus trabajos la Mesa del Agua?

-Nosotros estamos impulsando el pacto del agua, porque el agua no tiene que ser un elemento arrojadizo entre territorios, ni siquiera entre formaciones políticas. Debe ser un elemento común que nos sirva a todos, fundamentalmente para abastecimiento y, en segundo lugar, para el regadío, para la agricultura y la ganadería. En Córdoba se pondrán en marcha este año todos los proyectos de depuración de aguas. A partir de ahí tenemos una fuente nueva de recursos, que es el agua de depuración, a lo que hay que unir la inversión en interconexiones. En el embalse de La Colada tenemos un proyecto absolutamente necesario para los ganaderos y ahí vamos a cumplir.

-¿Están Córdoba y Andalucía preparadas para afrontar el cambio climático, uno de los grandes retos de las próximas décadas?

-Todavía es difícil que estemos preparados. A la humanidad aún le falta mucho. Nosotros tenemos que hacer nuestro trabajo. Estamos desarrollando la ley de cambio climático, el plan de acción por el clima, estamos con la comisión interdepartamental ya finalizada. Los planes de calidad del aire ya se han iniciado. También estamos preparando una ley de economía circular porque en el sector agrario es importantísimo; en un plan de residuos que permita identificar los residuos. Estamos también trabajando en reforestación y se plantarán más de un millón de árboles en Andalucía. Hemos publicado las ayudas agroambientales, que acumulaban gran retraso.

-Teniendo en cuenta cómo está transcurriendo el invierno, con mayores temperaturas y bajas precipitaciones, ¿puede ser una campaña de lucha contra incendios complicada?

-Sí, será complicada. Las temperaturas están subiendo, no llueve... Nosotros estamos rezando para que llueva en primavera. No obstante, estamos preparándonos para, si hay que adelantar cualquier cuestión, hacerlo, teniendo el campo en las mejores condiciones para adecuarlo a las circunstancias. Precisamente, la Universidad de Córdoba está trabajando en la formación en temas de incendios en sexta generación, al igual que está siendo pionera en la caza. Estamos preparando un estudio sobre silvestrismo.

-Una de las grandes propuestas de la Junta es el plan verde para mejorar la calidad del aire en algunas ciudades como Córdoba. ¿Para cuándo estará?

-Estará muy pronto. Lo estamos finalizando y esperamos que esté disponible este año.