La Navidad permite a la provincia de Córdoba mostrar todos sus recursos y atractivos socioeconómicos, desde belenes vivientes, trabajos artesanales de cuero, cerámica o madera, hasta creaciones de iluminación y dulces que exportan a todo el mundo.

Según subraya a Efe el delegado de Turismo de la Junta de Andalucía en Córdoba, Ángel Pimentel, por un lado la provincia cordobesa es capaz de atraer las miradas de turistas de interior y de Navidad con municipios llenos de "color, alegría, música, villancicos, belenes y mucha artesanía". Por cualquier rincón de la provincia, de norte a sur, se pueden hallar productos artesanales de máxima calidad, ya sea de trabajos "en madera, cuero o cerámica", que se pueden observar con nitidez en los belenes, algunos vivientes, que cada año crecen en los municipios.

Este año, según resalta Pimentel, destaca el belén de Los Blázquez, "muy original con figuras a tamaño natural y realizado con material de reciclaje", o la decoración de la pequeña aldea de Morente, cuyos poco más de 100 habitantes se esfuerzan en engalanar el pueblo y convertirlo en un auténtico "sueño de Navidad".

Pero los "referentes principales" de la provincia de Córdoba cuando se trata de la Navidad son los municipios de Puente Genil y Rute, desde donde se iluminan las fiestas de medio mundo y cuyos dulces inundan los mercados en estos días.

En Puente Genil se encuentra la empresa Iluminaciones Ximénez, líder de la iluminación decorativa y cuyas creaciones desbordan ilusión y alegría en ciudades como Málaga, Madrid, París, Nueva York, Moscú o Doha, su última conquista.

Pero muy cerca se encuentra la localidad de Rute, municipio navideño casi el año entero, donde de encuentran los principales obradores de productos navideños que cada vez ganan más presencia en los mercados internacionales.

Los museos de Rute

Hasta Rute llegan cada año miles de visitantes, hasta 100.000 personas antes de la pandemia, no solo para degustar los productos típicos navideños, sino para ver de primera mano museos tan singulares como el del anís o el azúcar, o el famoso Belén de Chocolate, que este año está dedicado al origen del cacao.

Precisamente, el Museo del Azúcar, que lleva más de 20 años incorporando obras nuevas a sus salas, es uno de los que "más sorprende" por la magnitud y excelencia de sus creaciones, hechas a base de "azúcar, agua y claras de huevo", según explica a Efe su responsable y también gerente de la empresa 'La Flor de Rute', Juan José Garrido.

El museo comenzó en un "pequeño despacho" anexo a la fábrica de dulces por "donde pasaban visitantes", pero la expectación creció tanto que se acondicionó un local a pie de carretera donde hoy en día, y repartidos en cuatro salas diferentes, se pueden ver "hasta 60 creaciones diferentes hechas de azúcar".

Juan José Garrido, maestro artesano. EFE

Al entrar, el visitante puede ver una serie de "ninots" que recrean una "fabrica antigua de más de dos siglos" y se empieza a inundar de un dulce olor que le lleva hasta la sala más "internacional" del museo.

Sorprende la exactitud en los detalles de réplicas de la Basílica de San Pedro del Vaticano o la de San Basilio de Moscú, pasando por la mítica Torre Eiffel de París o el Empire State Building de Nueva York.La sala comparte protagonismo con un excelso castillo de Disney con las figuras infantiles más reconocidas, que hace las "delicias de los más pequeños", así como con algunos protagonistas de la sala de Star Wars.

Antes de abandonar la sala, el visitante puede ver réplicas de los escudos de fútbol de los principales equipo andaluces, incluido el de Rute, además de un homenaje a la selección española con la recreación de la Copa del Mundo obtenida en Sudáfrica en 2010.

Sirve como preludio para acceder a la sala "más representativa" del museo denominada 'Andalucía en azúcar' y en la que se puede ver algunos de los monumentos más emblemáticos de todas y cada una de las provincias andaluzas.La Mezquita-Catedral de Córdoba, la Alhambra de Granada, la Giralda de Sevilla y las Alcazabas de Málaga y Almería, son alguna de las creaciones "de más de 80 kilos de azúcar" y realizadas con "precisión" tras "horas y horas y horas" de trabajo, según reconoce Garrido.

"Con agua y gelatina se hace una pasta parecida a la plastilina que es muy moldeable y se deja secar. Luego se añaden colorantes alimenticios y se va montando y decorando. El proceso es muy sencillo pero muy laborioso a la vez, ya que hay roturas y para hacer una pieza de 20 kilos se han gastado hasta 80 kilos", explica el responsable del museo.

Pero para finalizar, además de monumentos, el visitante pude ver réplicas a tamaño natural de artistas nacionales como Picasso o Dalí, e internacionales de la talla de Michael Jackson o Marilyn Monroe.

Un dulce arte de azúcar en Rute junto a sus productos navideños y que es fiel reflejo de todo lo que la provincia de Córdoba ofrece cada Navidad a medio mundo.