La globalización ha tumbado muchas de las fronteras físicas y culturales que existían hace apenas una década. Los jóvenes pueden comunicarse entre ellos sin barreras geográficas, de un continente a otro. Una realidad que ha fundido tendencias a nivel mundial. Una disolución que empresas como BYD (Build Your Dreams) aprovechará para conquistar el mercado europeo con el BYD Atto 3, un SUV desarrollado de manera específica para sus gustos, necesidades y normativas ambientales. Es, como el resto de su portfolio aquí: 100% eléctrico, premium y altamente tecnológico.

La Haya fue la ciudad escogida para la puesta de largo de la firma en el viejo continente, un aterrizaje que se ha trabajado a conciencia y que se confirmará durante el próximo Salón de París. Desde la sede de Países Bajos han desarrollado una introducción paulatina, arrancada en el mercado Benelux con socios de confianza y conocedores de su recorrido en el segmento del vehículo industrial (autobuses, furgonetas y carretillas). La prueba de su solvencia ha sido el BYD Tang, lanzado hace un año en NoruegaBYD Tang y que ya se encuentra en el top 5 de modelos más vendidos del segmento SUV-E de hasta siete plazas.

El pequeño de la gama

El BYD Atto 3 tiene otra función: dar a conocer la marca a nivel global. Su carrocería, de 4,45 metros de largo por 1,87 metros de ancho y 1,61 metros de alto, con una distancia entre ejes de 2,72 metros, lo sitúa en la batalla por el segmento C electrificado. Un mercado en el que competirá contra rivales como el Citroën ë-C4, Hyundai Ioniq 5, Kia EV6,Volkswagen Id.4o el Mercedes-Benz EQA, entre otros.

Como sucede con el resto de la gama presentada para el mercado europeo, el BYD Atto 3 apunta al cliente premium. Su precio, todavía desconocido, pretende asestar un golpe mortal a sus alternativas de carácter lujoso y sofisticado. Además, tiene suficientes argumentos para ello. Empezando por la calidad de su estructura y propulsión electrificada, asentada sobre la nueva plataforma 3.0 de BYD que permite mayor adaptación de baterías, tamaños dispares de vehículos, incrementar su rigidez e introducir sistemas de ayuda a la conducción y equipamiento de vanguardia.

En un mundo donde los coches funcionarán de manera parecida por su motor eléctrico, el diseño y la personalización serán la clave a la hora de elegir vehículo. Conscientes de ello, los de BYD abrieron su Centro de Diseño Global en Shenzhen (China), que se asocia con más de 600 diseñadores de países como España, Suiza y Alemania para proyectos fuera de sus fronteras.

Para el comprador europeo

El BYD Atto 3 es un claro ejemplo, con guiños a las tendencias actuales de Europa pero con personalidad propia. Su frontal “Dragon Face” de formas reptilianas y aerodinámicas, concede especial protagonismo a sus siglas, centradas en la tira decorativa cromada que une ambos grupos ópticos LED.

Encontramos también un paragolpes de corte deportivo, llantas de 18 pulgadas aerodinámicas con el paso de rueda protegido, faldón lateral integrado en la puerta y un pilar C terminado en escamas cromadas. Los faros traseros, como no podía ser de otra manera, se unen a través del portón y un marco cromado que sirve de piso para la frase “Build Your Dreams” (BYD).

El maletero concede 440 litros de capacidad muy aprovechables y bien acabados, con soluciones para fijar bolsas y maletas, así como un espacio bajo el piso para el cable de carga. Si abatimos los asientos conseguiremos hasta 1.338 litros de capacidad.

Una habitabilidad que también se traduce en plazas posteriores amplias y confortables, con altura suficiente para adultos de más de 1,80 metros y poca flexión de rodillas pese a la presencia de la batería.

Nada de chino barato

A la espera de recibir todas las especificaciones del BYD Atto 3, promete ser protagonista de la transición eléctrica. Frente a su volante multifunción y de tacto agradable, tanto por su diámetro como por el agarre, nos sentimos bien acogidos. A la vista quedan siempre detalles tecnológicos, como la pantalla solidaria al túnel de dirección y de tamaño minúsculo. Una solución que también incorporan modelos como los Volkswagen ID.

En el túnel central encontramos la pantalla de infoentretenimiento de 15,6 pulgadas giratoria (vertical/horizontal) que, tal como nos comentaron desde la firma, estará disponible en otros tamaños a su llegada a España. Justo debajo encontramos los aireadores y la palanca de marchas de la transmisión automática, inspiradas claramente en el mundo de la aviación. Me han gustado especialmente los asientos, de cuero vegano y corte deportivo, por su ergonomía y posición de conducción, que peca de ser algo alta.

En cuanto a su conducción, que fue muy breve, me quedo con el confort de marcha y la facilidad de conducción. No sientes que nada esté fuera de lugar, excepto una dirección ligeramente artificial para mi gusto pero que es habitual en este tipo de modelos. Tampoco me gustaron los sonidos activados durante la circulación, que pueden modificarse fácilmente, pero son todos bastante “asiáticos” y excéntricos. Probablemente, lo cambiarán ante la llegada a nuestro territorio.

La suspensión parece aplomada y ajustada a la circulación urbana, un hábitat en el que se moverá como pez en el agua gracias a sus 204 CV de potencia, tracción delantera y hasta 420 kilómetros de autonomía. Es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7,3 segundos, tiene dos niveles de frenada regenerativa (muy leves ambos) y tres modos de conducción.

Su batería Blade, de poco más de 60 kWh, se cargará del 30% al 80% en 29 minutos si lo enchufamos a un poste de carga rápida, un proceso en el que podrá alcanzar hasta los 88 kW. Todavía no tenemos los datos confirmados por la firma, pero, en una toma trifásica de 11 kW, tardará más de 5 horas. Tampoco nos hablaron de tiempos estimados para su llegada a España o precios para el resto del mercado, tocará esperar a París.