Inma Extremera tiene 37 años y lleva cuatro años y medio trabajando en la hostelería en las Islas Baleares. Casada y con dos hijos, su marido también trabaja en las islas en el mantenimiento de barcos. «Me fui de Baena porque allí no había trabajo y estoy muy contenta de estar trabajando», asegura. Hasta marcharse había estado trabajando en el sector agrario y en trabajos de limpieza. «Por ahora no me planteo volver, aunque quiero regresar. En Baena no hay trabajo y aquí estamos trabajando los dos y tengo también a una cuñada», explica. En la actualidad, está trabajando durante diez meses del año en un hotel de Santa Ponsa. «Aquí estamos solos, me gustaría regresar pronto, pero no lo veo posible», asegura Inma Extremera.