El mundo del toro pierde espectáculos y espectadores. La crisis económica, el rechazo social hacia el maltrato animal o el incremento de la oferta de ocio son factores que inciden en esta situación -que afecta casi de forma generalizada al sector- y contribuyen, además, a dificultar la atracción de público joven. En la última década el número de asistentes a corridas de toros se ha reducido en algo más de 44.000 personas en Córdoba. De este modo, el 2016 finalizó con 20.840 asistentes, un 68% menos que diez años atrás, y este es también el porcentaje de caída producida en los festejos taurinos de todo tipo, que sumaron en torno a 73.570 personas el año pasado en la provincia, frente a las 227.461 del ejercicio 2006.

El descenso es muy significativo y ha sido contabilizado, asimismo, a nivel andaluz, donde la estadística publicada por la Junta de Andalucía permite observar una evolución similar a la provincial, aunque menos pronunciada. Los eventos taurinos reunieron el año pasado 956.163 asistentes en Andalucía, por lo que estos han bajado un 62% en una década.

En el caso concreto de las corridas de toros, la reducción ha sido menos acusada, de un 53%, aunque se ha traducido en que casi medio millón de aficionados ha dejado de acudir a las plazas, porque el último ejercicio cerró con solo 432.901 espectadores.

Esta tendencia ha ido de la mano de una disminución importante en el número de espectáculos organizados en los últimos años. En este sentido, Córdoba ha pasado de los 131 actos taurinos programados en el 2006, a los 56 del año pasado. Esta cifra la sitúa en la tercera posición por la cola de Andalucía, donde se celebraron 654 actividades en el 2016. Las cifras permiten observar que los espectáculos se han reducido un 47% a nivel regional y un 57% en la provincia.

Entre otros aspectos llamativos, cabe destacar que Córdoba contó con seis corridas de toros en el 2016, a diferencia de las 15 promovidas diez años antes. En el conjunto de la comunidad autónoma, se celebraron el año pasado 80 corridas de toros. Así, el resultado obtenido en Córdoba es el segundo más bajo solo por detrás de Granada, donde se realizaron 4, e iguala el dato de Almería. Acerca de las reses lidiadas y empleadas, la información de la Junta indica que el año pasado se contabilizaron 286, un 51% menos en una década. Las corridas de toros requirieron de 39, mientras que diez años antes se necesitaron 90. De otro lado, la menor actividad ha provocado que sean menos las incidencias registradas. El año pasado se incoaron 8 expedientes sancionadores de los que 4 afectaron a empresarios; 3, a profesionales y 1, a espectadores. En el 2006 se produjeron 38 y la mayoría se centraron en empresarios y profesionales.

FEDERACIÓN TAURINA/ El presidente de la Federación Provincial Taurina, Antonio Sanz, entiende que los espectáculos y el público decrecen en este sector debido a «una amalgama de muchas circunstancias» que inciden en la actividad. En esta línea, apunta la crisis económica y «una mala gestión de la plaza» como algunas causas, y comenta que esa mala gestión «llegó a partir de una empresa, creo que Taurotoro, que puso el canon de la plaza por las nubes». Esto, según señala, dificulta que puedan llegar otras empresas y repercute en aspectos como los precios.

Antonio Sanz cree que en Córdoba «estamos supeditados a una feria de poblacho y no de una plaza de primera categoría». También recuerda que «hace poco hubo una contienda entre Chiquilín y Finito que fue un revulsivo», y señala que «igual que se emplea el dinero en otras cosas, se podría emplear en crear afición». En cuanto a la situación actual, explica que «se ha hecho una gestión fatal de la plaza, los precios son altos, los carteles no son malos, pero el ganado se ha descuidado algo». El presidente de la Federación provincial Taurina opina que «habría que encontrar a alguien que sacrificara un tiempo para que Córdoba recupere su lugar». Además, alude a otra circunstancia y es que «no hay muchos que quieran ser toreros, esto en Córdoba no ha ocurrido nunca», asegura.