La universalidad y excepcionalidad de Medina Azahara son de sus bazas más importantes a la hora de alzarse con el título de Patrimonio de la Humanidad, ya que se trata del único ejemplo conservado de una ciudad de esas características dentro del ámbito europeo, y aún de ese periodo histórico en el conjunto de la cultura islámica. Por otro lado, el yacimiento aporta un testimonio excepcional de la desaparecida civilización islámica andalusí y constituye un ejemplo único de su época más floreciente, lo que lo convierten en un objeto único de investigación histórica sobre ese periodo.