Casi el triple de casos que hace una década. Esa es la alarmante evolución del maltrato de hijos a padres. Si en el 2004 la Sección de Menores de la Fiscalía Provincial de Córdoba registró 30 expedientes de reforma incoados por el delito de maltrato en el ámbito familiar, en el 2012 la cifra alcanzó los 84. Un aumento que también se refleja en el número de medidas de reforma aplicadas en Córdoba por este tipo de casos y que de 98 en el año 2008 ascendieron a 265 en el 2012, según las memorias de Justicia Juvenil elaboradas por la Junta de Andalucía. Y a nivel nacional, más de lo mismo: en diez años se ha pasado de unas 5.000 denuncias a más de 9.000, según la Sociedad Española para el Estudio de la Violencia Filio-Parental. Así, a la vista de estas cifras, los expertos no dudan en coincidir en que el problema de los hijos tiranos "es grave y se extiende".

Pero no se trata solo de los datos. La percepción incluso es que hay muchos más casos de los que se denuncian y que se tiende a "silenciar esta violencia". Así lo confirma Carmen Rubio, fiscal coordinadora de la Sección de Menores de Córdoba, quien asegura que "los padres siguen siendo reacios a denunciar" y, a veces, "cuando vienen reconocen que llegan empujados por terceras personas que les han dicho 'no podéis aguantar más, tenéis que denunciar". Y esto tiene otra consecuencia: "Los casos que nos llegan son más graves" porque los padres "aguantan más antes de venir y el perfil del menor es mucho más complejo".

AGRESIONES En el maltrato se dan por igual las agresiones físicas, las emocionales --con insultos continuados y vejaciones-- y las que pasan por destrozos de mobiliario o robos. "Hay de todo. Hay maltrato psicológico --con casos de menores muy manipuladores--, conductas agresivas hacia los padres y también hacia los objetos", asegura Rubio. Pero, ¿cuándo denunciar? "Veo bien que los padres agoten los recursos" para intentar solucionar el problema, advierte Rubio, pero "también se deben dar cuenta de que hay un límite que no se puede permitir, que es la agresión física". "Cuando te levanta la mano y te pega, humildemente hay que reconocer 'no puedo y necesito ayuda", añade.

LAS CAUSAS La pregunta es qué hay detrás de este aumento de casos de maltrato de hijos a padres. Pues bien, la permisividad, las carencias educativas y la banalización de la violencia que hace la sociedad siempre aparecen de fondo. La fiscal coordinadora de la Sección de Menores señala que los padres que sufren el maltrato "reconocen la falta de límites, la falta de autoridad y que han sido permisivos". "La mayoría --asegura-- reconoce un modelo educativo equivocado que ha podido fomentar la tiranía del menor". Aun así, no sería justo culpar solo a los padres y también hay que buscar causas en el entorno. Ana Santiago, psicóloga y miembro de los equipos técnicos de la Fiscalía y los Juzgados de Menores de Córdoba, explica que detrás del fenómeno hay factores tanto sociales como familiares.

"Estamos en una sociedad donde se fomenta más el tener que el ser, donde todo parece que está permitido, donde se proyectan modelos contrarios a lo adecuado desde el punto de vista educativo. Es una sociedad más individualista y los menores, empujados por ella, se vuelven egocéntricos y egoístas", explica. En cuanto a la familia, "hay padres negligentes, permisivos, pero también otros que lo han hecho lo mejor que han podido y a los que la situación se les ha ido de las manos". Además, "el estrés familiar, en esta época de crisis, tampoco ayuda".