Sepan que ha nacido una estrella. Susana Díaz es la protagonista indiscutible en un congreso extraordinario del PSOE andaluz diseñado a su medida y para apuntalar su liderazgo político. Para los periodistas, acostumbrados a las intrigas y a pasillear en busca de maldades en boca de los políticos, esta especie de besamanos de la dirigente socialista llega a ser aburrido. Empacha tanto halago. No hay emoción, dijo José Luiz Rodríguez Zapatero, sino expectación entorno a la figura de la presidenta de Andalucía. Lo bordó. El congreso extraordinario que el PSOE-A celebra en Granada se parece mucho a uno de esos congresos del PP en el que es imposible encontrar a descontentos o indisciplinados dispuestos a largar del jefe. Hasta en el cátering de sandwiches y refrescos que se sirvió a los periodistas, el cónclave fue diferente.

Solo diez de los 730 delegados que votaron se resistieron a apoyar a Díaz. Pero encontrar a ese puñado de indisciplinados fue ayer una misión imposible. Los socialistas andaluces estaban deseosos de recuperar la ilusión y ha sido una mujer de 39 años, curtida en las casas de pueblo y dedicada en cuerpo y alma desde los 16 años a las siglas socialistas, la que ha sabido devolverles la autoestima. Están rendidos al susanismo , entregados a su lideresa y convencidos de que con ella empezaran a remontar la peor etapa política en términos electorales del PSOE andaluz. Ya nadie pone en duda su preparación o su ausencia de profesión más allá de la política. En solo dos meses desde que accedió a la presidencia de la Junta, Díaz ha sabido vestir con éxito el traje del poder. Es cierto que de momento han sido más los titulares que los logros políticos pero el estado de ánimo influye, y mucho, y los socialistas se vuelven a creer que no tienen un rival político a la altura por más que el Partido Popular lograra vencerles en las urnas el pasado 25 de marzo.

Rubalcaba, en la clausura

Susana Díaz cenó anoche con los secretarios provinciales y el secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba, que hoy participará en la clausura del congreso. El ha dicho que cuanto más poder tenga la andaluza mejor para el partido y para él mismo. No es usual que a un líder nacional le pregunten reiteradamente por uno de sus barones pero desde que Díaz tomó el testigo de José Antonio Griñán esa es una pregunta ineludible para el dirigente de Ferraz. Ayer el secretario general era el protagonista de la única intríngulis del congreso. Los socialistas andaluces están divididos entre quienes creen que Rubalcaba tiene decidido no repetir ni optar a las primarias para elegir al candidato del PSOE a La Moncloa y entre quienes piensan que el secretario general sigue aferrado al sillón y no está dispuesto a dar un paso atrás. Los de este último grupo creen, claro, que sería conveniente darle un empujoncito para que propicie el relevo. Porque si es difícil encontrar ya un crítico de Susana Díaz, es casi igual de complicado en las filas del socialismo andaluz hallar a alguien que piense que Rubalcaba puede ser el rostro que lidere la renovación del partido en el ámbito nacional. El PSOE andaluz exhibe este fin de semana músculo frente a Madrid y le deja un recado, algo así como "tomen nota, así se hace un relevo político". A Rubalcaba le señalan la puerta, eso sí con educación y sin empujones o prisas más allá de una fecha: las europeas de mayo del 2014.

La flamante lideresa del PSOE andaluz ha demostrado ser buena costurera, ha remendado el roto que tenía el partido y ha cerrado heridas internas. También ha dejado constancia de que sabe comunicar y de que llega a la gente de la calle. Ahora le queda probar que es capaz también de gobernar en adversas circunstancias. Los suyos le piden que arrincone el protagonismo que Izquierda Unida ha adquirido en el Gobierno andaluz y que frene la exitosa habilidad de los socios para capitalizar todas las medidas sociales y de izquierda que desde Andalucía se han puesto en marcha. Debe de demostrar también que tiene un proyecto serio y eficaz para una comunidad con un doloroso e hiriente 36% de paro y muchos hogares pasándolo muy mal para llegar a final de mes. Ahora le toca pasar de las palabras a los hechos y convertir en realidad ese discurso de la lucha contra la corrupción y de la transparencia. Díaz, que ha pasado el examen de la militancia y de los medios de comunicación, tienen aún que superar la prueba más implacable, la de las urnas. Hay quienes ya la sitúan en Madrid dispuesta a plantar cara a Mariano Rajoy. Los suyos lo desmienten. No dará el salto nacional antes de cinco años, advierten, aunque no descartan que la ambiciosa carrera de la presidenta de la Junta no quede solo en Andalucía. Susana Díaz Pacheco tiene una fulgurante carrera por delante pero todavía tiene que llegar a la meta y convencer en las urnas.