El sector ecuestre lleva una década soñando con el centro internacional del caballo que aprobó el Pleno en el 2002, con Rosa Aguilar como alcaldesa por IU, y que se plasmó en un programa, con folletos incluidos, en el 2004. Sin embargo, en noviembre del 2009 despertó de ese sueño con un plan, el especial de Alcázar--Caballerizas, que no cubría sus expectativas, ya que ponía muchas limitaciones, por cuestiones patrimoniales y normativas, a los usos ecuestres que querían, que, por otro lado, chocaban con las demandas de los vecinos de San Basilio, que tampoco se vieron reflejadas en el ambicioso documento --va mucho más allá del mundo del caballo--. Caballistas y vecinos pusieron el grito en el cielo. La polémica estaba servida y más teniendo en cuenta la paradójica situación del presidente de Córdoba Ecuestre, Rafael Blanco, que entonces era teniente de alcalde del PSOE, socio de gobierno de IU. Tras días de negociación y algunos retoques, el plan fue aprobado de forma inicial con los votos favorables de IU y, sorprendentemente, del PSOE --al confiar en que se flexibilizaría en su tramitación--, y en contra del PP, que apostaba por dar más protagonismo al caballo. Hasta marzo del 2011 no se resolvieron sus 833 alegaciones, casi todas desestimadas, lo que reabrió la polémica. El plan fue aprobado de nuevo por IU y PSOE, pero, esa vez, con la abstención del PP. Y ahí se quedó, hasta junio del 2012, cuando se desestimó otra alegación y se ratificó la aprobación del 2011. Teniendo en cuenta la fase en la que está, quedan años de espera para que dé frutos.