Tras la reunión con Gómez Sierra, los sindicatos CCOO y UGT (no fue posible contactar con Aspromonte) señalaron a este periódico su convicción de que hay que evitar la intervención del Banco de España, seguir adelante con la fusión, poner en marcha la mesa de negociación laboral y ganar tiempo, pues siempre será posible rechazar el acuerdo antes de la asamblea general y negociar mejores condiciones en esos meses, con el rechazo frontal a un ERE.

El representante de UGT, Antonio Bueno, dijo que en el escaso plazo con el que se mueven (hoy deben dar su opinión al presidente de Cajasur) no pueden hacer otra cosa que reivindicar su deseo de que el coste laboral sea cero y, a partir de ahí, proponer medidas que reduzcan en lo posible el número de afectados, y que para las personas que salgan de las cajas se ofrezcan condiciones no traumáticas, al tiempo que se amplíen en varios años los plazos de los recortes laborales.

Desde CCOO, su secretario general, Rafael Rodríguez, reclamó que, sea donde sea que se produzcan los excedentes, éstos se repartan al conjunto de las dos plantillas, pues puede haber en ambas cajas personas interesadas en prejubilaciones o bajas incentivadas. A su juicio, es necesario "que se contemplen los excedentes de manera global, y que las bajas sean voluntarias, no traumáticas y sin ERE".