La posición de la Junta de Andalucía sobre el estatus de los representantes de la Iglesia Católica en la futura Unicajasur quedó ayer definitivamente clara: tal y como se venía adelantando, no habrá excepcionalidades para los representantes del Cabildo una vez se produzca la fusión Cajasur-Unicaja. Así se deduce de las declaraciones del presidente andaluz, José Antonio Griñán, que se mostró ayer en contra de que los canónigos mantengan los privilegios tras la fusión porque la "ley es igual para todos", en alusión al debate abierto sobre la reforma de la Ley de Cajas de Ahorro.

La ley en vigor concede a los seis canónigos del Cabildo Catedral (entidad fundadora de Cajasur) presentes en el consejo de administración mandatos indefinidos y un límite de edad de jubilación hasta los 75 años, mientras para el resto de miembros del consejo la jubilación es forzosa a los 70 años y el tope de mandato de 12 años. No obstante, Griñán matizó que en cualquier bosquejo de algo que se quiere llegar a conseguir, se ponen sobre la mesa las propuestas que han hecho las partes, probablemente en alusión al decreto ley que prepara la Junta para reformar la ley y a la negociación abierta sobre su contenido.

El presidente andaluz dio esta respuesta en su intervención en Los diálogos de El Correo en Sevilla, donde fue presentado por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. En este foro Griñán pidió a las entidades financieras que participen económicamente en el proyecto de Andalucía Sostenible. La sostenibilidad también afecta al sector financiero, dijo, y, en este sentido, avanzó que habrá más fusiones porque se necesita un sector más potente, y las cajas "tienen que ganar tamaño aquí y fuera de aquí".

También precisó Griñán que se refiere a grandes cajas y no a caja única, "que suena a totalitarismo". Opinó que la recuperación económica dependerá de la del sector financiero, pues hasta que no fluya el crédito con normalidad no mejorarán las perspectivas económicas y empresariales y, por ende, no se empezará a crear empleo. Auguró también que en 2010 subsistirá el problema financiero y abogó por sanear los activos inmobiliarios.

No fue el presidente de la Junta el único que se pronunció. El presidente de Unicaja, Braulio Medel, habló ayer por primera vez abiertamente sobre la fusión y fue bastante más lejos, dejando claro qué concepto de entidad fusionada baraja. Así, Medel, pone cinco requisitos para entrar en una fusión, entre ellos que la reforma de la ley "no debe asfixiar el principio constitucional de libertad de empresa y autonomía empresarial", y advierte de que no entrarán en una entidad sometida a "singularidad".

En la presentación del libro Unicaja, ciento veinticinco años , aseguró que "una ley no puede ser o sustituir a los estatutos o al manual de funciones de una empresa porque se vería constreñida en su funcionamiento; una ley deber ser lo suficientemente genérica para que permita ese ámbito de autonomía empresarial". "La entidad en la que entre Unicaja será una entidad sometida al régimen general y no a ningún tipo de particularidad, singularidad, especialidad o especificidades", manifestó.

Añadió que "en cualquier fusión y regulación tiene que quedar claro que una empresa es una empresa; no caben muñecas rusas donde dentro de una empresa hay otra y dentro de esa, otra" y que una empresa "no debe facilitar la existencia de compartimentos estancos".

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