La última vez que puse los pies en la Zona me dieron un petate con una lata de atún y un chusco de pan y me mandaron al campamento de Araca (Vitoria). Claro, cuando regresé a los 13 meses ya no volví a ir más. Ese acuartelamiento ha sido durante años el sitio de referencia de los mozos para conocer su destino cuando la mili era obligatoria. Ahora va cambiar su función, y su privilegiada ubicación en la ciudad va a servir para atender las necesidades de la Universidad y de Defensa. Buen acuerdo, por tanto. Lo deseable es que se haga pronto.