Al principio no caí. No me di cuenta hasta que alguien llamó mi atención y me obligó a reparar en el detalle. La nueva Ley de Igualdad acaba de recibir el visto bueno y no puedo resistirme a analizar la presencia real de géneros entre la clase política en un acto por la cultura como la inauguración de la Casa Arabe. Empiezo con el largo paseo por Córdoba de la comitiva invitada al evento. 17 representantes de embajadas de países árabes en España, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, y el consejero de Cultura de la comunidad de Madrid, Santiago Fisas, visitan la Judería junto a dos únicas autoridades femeninas: Rosa Aguilar, alcaldesa de Córdoba y vicepresidenta de la Casa Arabe y Gema Martín, directora de la institución.

A su alrededor, una nube de periodistas, guardaespaldas, fotógrafos y cámaras de televisión persiguen al grupo intentando no perderse nada de lo que estaba pasando. Obedientes, las autoridades acceden a posar donde la prensa les indica en un ambiente distendido que permite a todos disfrutar del paisaje, de una tarde primaveral e incluso pararse a comentar la obra de un pintor callejero.

En la Casa Mudéjar, futura sede de la Casa Arabe, los embajadores se interesan por el azahar de los naranjos. "Córdoba is beautiful, elegant, the best", comenta en perfecto acento inglés el embajador de Omán, Hilal Almamari. La visita empieza media hora antes de lo previsto y el grupo llega a la sede provisional de la Casa Arabe antes que algunos medios de comunicación. Y de ahí al Alcázar de los Reyes Cristianos. Atmósfera cuidada en todos los sentidos: velas para la luz tenue, almendras, olor a hierbabuena de una alfombra de mastranzo y el sonido de la noche. Todo fluye a un ritmo acelerado hasta que el sonido se rompe y el acto acaba retrasándose. Finalmente, el presidente Manuel Chaves (que más tarde improvisaría su discurso porque --dicen-- se olvidó las gafas y no veía bien el que llevaba escrito) y el candidato socialista al Ayuntamiento, Rafael Blanco, hacen acto de presencia y el sonido vuelve a funcionar. Justo a tiempo. Alrededor, la presencia femenina cordobesa empieza a compensar la balanza. Por el PSOE, Mercedes Mudarra o Victoria Fernández. De IU, Inés Fontiveros y Rosa Candelario. De la Universidad, Anabel Carrillo y Angelina Costa y de Cajasur, Aurora Atoche. Y frente a tal plantel, multitud de hombres enchaquetados con cargo. Procedo a un pequeño recuento para que se hagan una idea: Andrés Ocaña (IU), Francisco García (PSOE), Luis Rodríguez (IU) José Antonio Cabanillas (IU), Ricardo Rojas (PP), Juan Luis Rascón (PSOE), Antonio Pulido (PSOE), Antonio Márquez (PSOE), David Cedeño (Colega), Luis Carreto (CECO), Manuel Pérez (IU), Antonio Vallejo (Conjunto Arqueológico Medina Azahara), Antonio Díaz (CECO) o Rafael Rodríguez (CCOO) .

El resultado es definitivo. Aunque olvide algunos nombres, la presencia masculina gana por goleada entre los puestos de poder representados en un acto institucional. Fin del estudio.