El comisario de la exposición Julio Romero de Torres, Jaime Brihuega, guió ayer por la mañana a especialistas en arte y a historiadores no sólo por las siete sedes de la muestra, sino también por las trampas, las sugerencias y los juegos ocultos en la pintura del artista cordobés.

"Son obras de una maestría técnica impresionante y con una capacidad incesante para sugerir", afirmó el comisario. En su opinión, Romero de Torres oculta el verdadero sentido del cuadro tras la trampa de lo evidente.

Por ejemplo, en el cuadro Joven recostada en la puerta (1920), tras la imagen simple de una muchacha, la modelo cordobesa Conchita Rodríguez, se encuentra todo su universo de obsesiones y de alusiones sexuales. También, según explicó el comisario, La Chiquita Piconera (1930) parece que es el ofrecimiento del cuerpo de una joven, pero tanto la mirada de su ojos como su juventud hace que el espectador sepa que es un placer imposible y totalmente inalcanzable.

EROTISMO DESBOCADO

"Romero de Torres es el artista del erotismo desbocado e incluso sus figuras provocan sonrojo como el de Rivalidad , en el que aparecen dos desnudos de mujer con tacones", afirmó Brihuega.

Musidora , del Museo de Buenos Aires, y Rivalidad , de Prasa, son dos obras desconocidas en el ámbito nacional con las que se abre la muestra en la Sala Museística de Cajasur.

La exposición, repartida en siete sedes, no tiene un discurso cronológico, sino que las obras se han ido colgando por analogías. Así, Carmen (1915), La Chiquita Piconera (1930) y Naranjas y Limones (1928) son las tres imágenes emblemáticas de la muestra y se exhiben también en esta sala. "No se ha expuesto toda la obra del pintor, sino únicamente aquella que por su excelencia o interés documental era imprescindible contar con ella. Además hemos tenido el apoyo de museos y de coleccionistas privados, ya que las negativas no han llegado al 10%", informó.

Otro de los juegos de Romero de Torres, según reveló Brihuega, es esconder su modernismo en pequeños detalles como vestir a las prostitutas con trajes contemporáneos a su pintura y no como si fueran cortesanas del siglo XIX.

Sin olvidar dar a algunos de los personajes de sus cuadros una textura acartonada de cartel, no por falta de técnica, sino para generar un estilo moderno y escapar del esquema tradicional como ocurre en Cante hondo .

Otro aspecto de la pintura de Romero de Torres revelado durante esta visita es el uso de una luz cinematográfica para dejar en la sombra o iluminar las distintas perspectivas de sus cuadros como en Cante hondo .

MODELO PARA PICASSO

Para Jaime Brihuega, Romero Torres esconde tras su contínuo canto al placer la dificultad de obtenerlo. Por ejemplo, en su opinión, Vividoras del amor perfectamente pudo ser el modelo que Picasso tomó para crear Las señoritas de Avignon .

El itinerario guiado por Brihuega se inició en las dos salas de exposiciones de Cajasur, para continuar en la Diputación y seguir al INB Góngora, a la sala de Vimcorsa y concluir en el Museo Romero de Torres. La exposición también reúne un conjunto de obras de pintores y escultores contemporáneos a Julio Romero y una selección de fotografías de Córdoba.