Confieso que he vivido... Los héroes de la residencia del Figueroa.

Antonio, "te cambiará la vida, hay trabajos que te la cambian", me dijeron algunos de los que me bien querían.., ¡y me bien conocían! -"No será para tanto", musitaba para mí cuando decidí aceptar el puesto..., superados los 50 y con más de 20 años de servicio en distintas administraciones a mis espaldas era difícil que algo me "sorprendiera" de tal modo..., todo ello sin saber lo que más adelante se vendría encima. En la vida hay ocasiones que se dan situaciones que te hacen preguntarte si las cosas pasan por algo, que no es todo puro azar y arbitrio. Esta, posiblemente sea una de ellas; mi libre albedrío me había situado allí. Creo que jamás volveré a vivir una situación laboral tan extrema, no tanto por la situación en sí, sino por la intensidad suprema de los sentimientos que se dieron, todo a flor de piel; por eso Neruda.

Imborrable aquel fatídico fin de semana; ese sábado, 14 de marzo, había convocado un minigabinete de crisis en la Residencia, para analizar la situación que se barruntaba y las medidas que se habían concretado en aquel primer BOJA extraordinario de 13 de marzo; esa modalidad de BOJA, apenas utilizada hasta la fecha, se convertiría a partir de entonces en carta de ajuste vespertina de obligada atención, prácticamente diaria. El mismo sábado el Gobierno de la Nación decreta el estado de alarma; inmediatamente llega la orden de que quedamos de retén en la Residencia. A partir de ahí, el apocalipsis... Por puro mal azar la Residencia caía de las primeras y debe reorganizarse desde el principio con lo que tiene; frente a la escasez de todo, afortunada y básicamente, el pundonor de su gente será quien la salve. Las pequeñas rencillas/pequeños malentendidos o demandas legítimas quedaban aparcadas y todo el mundo se puso a sumar.

Empezaban, sin embargo, los miedos, las jornadas interminables, el desánimo, la obligación de sobreponerse a él, la preocupación constante... En esta situación, la más cercana que nuestra generación ha estado, se entiende, a lo que debe parecerse a un estado de guerra o de sitio, es cuando el ser humano se multiplica. La reacción de la ciudadanía en ayuda de la Residencia fue abrumadora, nunca le estaremos suficientemente agradecidos, vital especialmente al principio.

Sirvan estas palabras de homenaje a toda esa gente buena que nos ayudó, a todos mis trabajadores que tanto cariño y respeto me profesaron, y que se dejaron la piel, recuerdo eterno a los residentes que se fueron y a sus familias; descansa en paz amiga Nanda, compañera. Mi Bandera de Andalucía, confieso que he vivido, para todos ellos.