Conflicto en Oriente Próximo

La Cisjordania ocupada se ha convertido en el segundo frente de Israel

El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, pidió a las autoridades hebreas que tomen "medidas inmediatas para responsabilizar a los colonos extremistas por la violencia contra los palestinos"

El Ejército de Israel en Cisjordania

El Ejército de Israel en Cisjordania / EP

Andrea López-Tomàs

En la Cisjordania ocupada, nadie puede hacer planes. Desde el 7 de octubre, ningún movimiento está asegurado. En la mayoría de ocasiones, salir de la ciudad es una odisea. En otras, se convierte en una condena a muerte. El Ejército israelí cierra los puestos de control de las carreteras sin previo aviso. A su vez, las acciones esporádicas de los colonos bloqueando caminos o atacando con piedras o armas a viajantes palestinos se suceden haciendo oídos sordos a su autoridad. Más de 248 palestinos han sido asesinados por disparos de ambos, soldados y colonos que, en las últimas semanas, se han consolidado en una sola amenaza, con cada vez más colonos armados y uniformados, y una protección militar sin fisuras para aquellos que aún visten de paisano. Para Israel, con gran parte de sus tropas desplegadas en los territorios palestinos ocupados, Cisjordania ya es otro frente clave en su más letal guerra.

Incluso su más fiel aliado advierte a Israel de los peligros de la situación actual. Durante su tercera visita desde el inicio del conflicto, este jueves, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, pidió a las autoridades hebreas que tomen "medidas inmediatas para responsabilizar a los colonos extremistas por la violencia contra los palestinos en Cisjordania". A principios del mes pasado, el presidente estadounidense, Joe Biden, amenazó con prohibir los visados a los colonos violentos. Tras repasar las agresiones más evidentes de Israel contra la Franja de Gaza, la periodista y analista política palestina, Mariam Barghouti, ha denunciado en Al Jazeera que "el esfuerzo de limpieza étnica israelí se ha extendido a la Cisjordania ocupada, donde está avanzando con un plan similar, aunque más subrepticio".

A lo largo y ancho de la Cisjordania ocupada, llegan reclamos que vienen a confirmar estas acusaciones. "Los colonos lanzan piedras a mis ovejas cuando estamos pastando, porque nos quieren expulsar de nuestra tierra y colocar un puesto de avanzada, pero nosotros tenemos papeles centenarios que confirman que esta tierra nos pertenece", denuncia el anciano pastor Ali Abu Mahzi desde el valle del Jordán. Más al norte, en un campo de refugiados de Nablus, Saleh Abu Saleh, se suma a las críticas: "A los israelíes les da igual si formas parte de un grupo armado o si llevas armas, van a crearte problemas sólo porque eres palestino". En Ramala, donde la calma suele ser la norma, la tensión se palpa en el ambiente, en convivencia con la resignación. Las colas kilométricas en las carreteras para acceder a cualquier punto se han agravado desde que el Ejército israelí ha cerrado algunos de los puestos de control de acceso a la capital administrativa palestina.

Impunidad de los colonos

Desde el 7 de octubre, 828 palestinos, incluidos 313 niños, han sido expulsados de más de 13 comunidades palestinas en el Área C, bajo control total israelí. En el primer mes de guerra, la organización israelí de derechos humanos Yesh Din documentó un total de 185 incidentes violentos por parte de los colonos en los territorios ocupados, incluidos el asesinato de siete palestinos. "La violencia de los colonos se ha intensificado durante el último mes bajo la cobertura de la guerra con el objetivo de cambiar la realidad sobre el terreno en Cisjordania", han denunciado. En los primeros ocho meses de 2023, hubo un promedio de tres incidentes violentos de colonos por día, uno más que el año anterior. Desde el 7 de octubre, son siete al día, de acuerdo a la oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios. 

Además, el ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, ha dado instrucciones a altos oficiales de la policía del distrito de Judea y Samaria, nombres bíblicos usados por las autoridades israelíes, para que se abstuvieran de hacer cumplir la ley contra grupos de extrema derecha que cometieran delitos contra los palestinos. Por su parte, con tal de evitar repetir los errores del pasado, las autoridades hebreas han puesto todos sus recursos para que no se vuelva a repetir una "intifada de la unidad", como la de mayo de 2021 entre palestinos de Israel, la Cisjordania ocupada y Gaza a raíz de otra feroz ofensiva contra la Franja. En las dos primeras semanas desde el 7 de octubre, se triplicaron los ataques perpetrados por grupos armados palestinos, a la vez que se sucedían las protestas en solidaridad con el enclave.

Pese a las liberaciones de 200 presos, mujeres y niños en exclusiva, durante los últimos días, miles de palestinos han sido detenidos en los últimos dos meses, llevando la cifra de reclusos hasta los 7.000. Las redadas e incursiones del Ejército israelí se repiten sin consecuencias, sobre todo en los campos de refugiados del norte de Cisjordania. El 22 de octubre, por primera vez desde la Segunda Intifada, la fuerza aérea israelí atacó con bombardeos esta zona, reduciendo a escombros una mezquita en el campo de Yenín. Pero no sólo el Ejército saca toda su artillería a diario para castigar a la población autóctona, sino que también las autoridades arman a los residentes de los asentamientos ilegales según el derecho internacional.

"Guerra multifrente"

"Si bien Israel se concentra en su justificada lucha contra Hamás en Gaza, no puede dejar de abordar lo que está sucediendo en Cisjordania, donde la violencia de los colonos amenaza la integridad de la democracia y la seguridad de Israel", denuncia el analista Alex Lederman, en la revista Time. "Un gobierno israelí responsable abordaría el desafío de Israel en Cisjordania como la batalla en dos frentes que realmente es: contra la violencia palestina y judía por igual", añade. Pero los avisos previos a esta escalada de violencia sin precedentes en contra de la amplia e impune libertad de la que gozaban los colonos en tierra ocupada han sido ignorados por líderes políticos como Ben Gvir o el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich. Ellos mismos son colonos, dominan las instituciones, han sido detenidos por su violencia en el pasado y de su apoyo depende que el primer ministro, Binyamín Netanyahu, se mantenga en el poder.

Hace un par de semanas, funcionarios de la Administración Biden advirtieron a sus altos homólogos israelíes que la situación en Cisjordania estaba a punto de estallar y que la Autoridad Palestina podría perder el control de las principales ciudades allí. El exministro de Defensa y actual miembro del gobierno de emergencia, Benny Gantz, ha reconocido que su país está librando una "guerra multifrente". Un mes antes, el portavoz militar israelí, Jonathan Conricus, acusó en Reuters a Hamás de estar tratando de "sumir a Israel en una guerra de dos o tres frentes", haciendo referencia también a la frontera libanesa. Tras dos meses sumidos en el conflicto activo, las autoridades israelíes confían en que los eventos de mayo de 2021 no se repetirán o, como mínimo, no lo harán con la misma envergadura. Este 2023, la resistencia armada en Cisjordania, aunque está más viva que en las dos últimas décadas, ya venía dañada por las continuas agresiones contra los palestinos, con más de 220 vidas arrebatadas antes del 7 de octubre en el año más letal desde la Segunda Intifada.