Se acabó la fábula

George Santos, el republicano mentiroso e imputado por 23 delitos, expulsado del Congreso de EEUU

El polémico legislador, imputado de 13 cargos de fraude, lavado de activos y robo de fondos públicos, ha sido expulsado con gran parte de sus colegas republicanos uniéndose a los demócratas para lograr los dos tercios necesarios que forzaron su salida

El legislador republicano George Santos

El legislador republicano George Santos / EP

Idoya Noain

A la tercera ha ido la vencidaGeorge Santos, el representante republicano de Nueva York cuyas numerosas mentiras e instancias de corrupción han sido ratificadas en un demoledor informe del Comité de Ética de la Cámara Baja y le han granjeado una imputación federal con 23 cargos, ha sido expulsado este viernes del Congreso.

Santos, un artista de la fabulación cuyas mentiras se expusieron después de que fuera elegido en las legislativas de 2022, había sobrevivido dos votaciones previas para intentar sacarle del escaño. La publicación el mes pasado del informe del Comité de Ética, que consideró que había “evidencias sustanciales” de múltiples violaciones de leyes federales, relanzó un intento más.

Es el que ha culminado este viernes, cuando 206 demócratas y 105 de sus colegas de filas republicanos se han unido y han superado la mayoría de dos tercios que era necesaria para dar luz verde a la resolución de expulsión, que había presentado un republicano, Michael Guest, presidente del Comité de Ética.

La salida de Santos reduce la ya exigua mayoría de los conservadores en la Cámara Baja, que ahora solo pueden permitirse perder tres votos para sacar adelante legislación si votan en contra todos los demócratas. Y obliga a la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, a convocar una elección especial para llenar ese escaño.

Primero sin condena penal

Solo cinco congresistas antes habían sido expulsados en EEUU. Tres lo fueron por apoyar la Confederación durante la guerra civil. Desde entonces, solo había habido otras dos instancias, en 1980 y en 2002, pero la de Santos es la primera de estas tres últimas que se produce sin que el congresista haya sido condenado penalmente en los tribunales.

Esa es la razón que han esgrimido algunos republicanos que han votado contra la expulsión, entre los que está el ‘speaker’, Mike Johnson, otros miembros del liderazgo del partido y los representantes del ala más radical de ultraderecha. Y en el debate que hubo la víspera, por ejemplo, Elise Stefanik, número tres de los conservadores en la Cámara Baja, advirtió de que sienta “un precedente peligroso”, algo que también ha dicho el propio Santos.

Otros opuestos a echar a su colega aseguraban que la decisión debía dejarse en manos de los votantes en las próximas elecciones, aunque Santos había dicho, tras la publicación del informe del comité de Ética hace dos semanas, que no se presentaría a la reelección.

Mentiras y delitos

Ese informé era devastador. En las 56 páginas se aseguró que Santos “explotó cada aspecto de su candidatura en su propio beneficio económico personal”, “robó descaradamente de su campaña”, “engañó a los donantes” y sostuvo la trama delictiva “a través de una serie constante de mentiras a sus electores, donantes y personal sobre sus antecedentes y experiencia”.

La investigación confirmó que Santos robó dinero de las arcas de su campaña, engañó a donantes sobre cómo se usarían sus contribuciones, creó préstamos ficticios e hizo negocios fraudulentos. El documento mencionaba también, entre otras acciones, el uso de fondos de campaña para gastos personales como compras de lujo, viajes a Las Vegas y visitas a spas o gastos en la web de contenido sexual OnlyFans.

Pese a las frecuentes llamadas a dimitir de sus colegas de bancada Santos ha sido desafiante hasta el último momento y siempre ha negado haber hecho nada mal. El jueves dio una rueda de prensa a las puertas del Capitolio donde acusó a los otros representantes de estar haciéndole “bullying” y denostó el informe del comité como “lleno de hipérboles”, algo de lo que, sin duda, él sabe mucho.

También se ha declarado no culpable de los 23 cargos penales federales, que incluyen fraude, lavado de dinero, falsificación de documentos y robo agravado de identidad. El juicio está previsto que empiece en septiembre de 2024.