Nuevo ciclo político

Donald Tusk y los desafíos de un relevo en el poder de Polonia aún virtual

El bloque de la oposición europeísta firmó ya un pacto de coalición el pasado viernes, pero le corresponderá esperar previsiblemente unas semanas

Donald Tusk, líder de Coalició Cívica

Donald Tusk, líder de Coalició Cívica / Attila Husejnow/SOPA Images via / DPA

Gemma Casadevall

La nueva Cámara de diputados polaca, el Sejm, quedará constituida este lunes, con el ultraconservador Mateusz Morawiecki como aspirante designado a liderar el próximo gobierno. El presidente, Andrzej Duda, optó por encargar la formación del nuevo gobierno a su correligionario y primer ministro saliente, a pesar de que el gubernamental partido Ley y Justicia (PiS) no tiene el respaldo de una mayoría parlamentaria. El bloque de la oposición europeísta liderada por Donald Tusk firmó ya un pacto de coalición virtual el pasado viernes, pero le corresponderá esperar previsiblemente unas semanas antes de poder hacer efectivo un relevo en el poder que lleva implícitos muchos desafíos, incluido a escala europea.

1.El partido más votado frente a la esperanza europeísta

El PiS es el partido del presidente Duda, aunque formalmente dejó su militancia en suspenso al asumir el puesto. Fue el más votado en las elecciones del pasado 15 de octubre, pero no tiene la mayoría necesaria ni aliados perceptibles. Tendrá 194 del total de 430 escaños del Sejm y tampoco cuenta a priori con el apoyo de la ultraderechista y libertaria Confederación, con 18 puestos, que se decanta por seguir su propio camino en la oposición. El bloque opositor europeísta controla 248 puestos. Pero tras ese teórico bloque hay tres alianzas: la Plataforma Cívica de Tusk, con 157 diputados, mientras que el resto corresponden a la Tercera Vía centrista y la Nueva Izquierda o Lewica. Son más de 12 partidos los que se 'esconden' en ese bloque o suma de alianzas, con abismos ideológicos importantes y un anhelo común, el de impedir otra legislatura dominada por el PiS, tras ocho años en el poder. Morawiecki dispone de 14 días desde la sesión constituyente para tratar de encontrar aliados o voto tránsfuga. Tusk deberá esperar a que se consume su fracaso antes de tener su propia opción ante el Sejm, lo que puede llevar semanas.

2.El reencuentro con Bruselas

Tusk aglutina el deseo de cambio y sobre todo de reconciliación con las instituciones europeas tras confrontación continuada representada por el PiS. Se ha comprometido a liderar el reencuentro con Bruselas, que ha bloqueado los fondos pospandemia destinados a Varsovia. Son muchos los obstáculos que tendrá que sortear, de alcanzar el poder, para lograrlo. Deberá revertir los aspectos más ásperos de una reforma del poder judicial que vulnera la independencia de la justicia, a ojos de la Comisión Europea (CE), lo que no será fácil con una mayoría precaria y sin controlar tampoco el Senado. Tampoco le será cumplir la promesa de echar atrás la reforma del aborto, que bajo el PiS ha quedado prácticamente prohibido en Polonia. Dentro de la Tercera Vía, su principal aliado, hay corrientes conservadoras que no lo respaldarán, mientras que para la izquierdista Lewica es condición indispensable, lo mismo que debe serlo poner fin al acoso a los colectivos LGTBI practicado con el PiS en el poder.

3.Cómo divorciarse de la Iglesia y de los medios afines

Tusk tiene ante sí asimismo el desafío de lograr una separación entre Estado e Iglesia, firme aliada de la ultraconservadora PiS. Polonia está entre los países más declaradamente católicos de la Unión Europea (UE). Un 92% de su población lo es y, dentro de ese gran bloque, un 85% se reconoce como practicante de sus preceptos. Las movilizaciones masivas contra la práctica prohibición del aborto sorprendieron, sin embargo, a quienes daban por monolítica a la católica sociedad polaca. Romper esos vínculos no le será fácil, como tampoco lo será desmantelar la sumisión de los medios de comunicación afines al partido en el poder. Desde 2015, el PiS ha llevado a cabo una remodelación de los medios, especialmente la radiotelevisión pública TVP y Radio Polskie, además de la agencia de noticias PAP, mientras que los críticos se han visto sometidos a fuertes presiones desde el partido gubernamental.

4.La cohabitación con Duda

Tusk se propone retomar el poder, tras haber sido primer ministro polaco entre 2007 y 2014, año en que pasó a presidir el Consejo Europeo. Le corresponderá cohabitar con un presidente originario del PiS. Ya conoció esa experiencia en su primera etapa al frente del Gobierno. Entonces el presidente era Lech Kaczynski, hermano gemelo del actual líder del PiS, Jaroslaw, y halcón ultraconservador. A esa etapa de cohabitación correspondió la catástrofe aérea del aeropuerto ruso Smolensk, en que murió el entonces jefe del Estado y los restantes 194 ocupantes del avión presidencial. Fue un trauma nacional del que Jaroslaw Kazcynski sigue responsabilizando a Tusk --al que imputa negligencias en los preparativos del viaje-- y a Rusia. De llegar al poder deberá cohabitar con Andrjez Duda, más moderado que los Kazcyznki dentro de la familia ultraconservadora, pero a quien corresponde sancionar las leyes, incluidas las derogaciones o modificaciones de reformas impulsadas por el PiS.