Guerra en Oriente Próximo

El G7 busca en Japón una voz única en el conflicto palestino-israelí

Las disensiones se extienden ya al seno del bloque occidental, incapaz de acordar un diagnóstico ni un remedio al último incendio de Oriente Próximo

Los ministros de Exteriores del G7 reunidos en Tokyo.

Los ministros de Exteriores del G7 reunidos en Tokyo. / EFE

Adrián Foncillas

En Japón busca el más selecto grupo de democracias industrializadas del mundo la postura común sobre el conflicto palestino-israelí que no ha encontrado en la ONU. Es un contexto desacostumbrado: asuntos como la guerra de Ucrania o el auge de China ensanchaban hasta ahora la brecha entre el G7 y el sur global. Las disensiones se extienden ya al seno del bloque occidental, incapaz de acordar un diagnóstico ni un remedio al último incendio de Oriente Próximo.

"Es un momento importante para que el G7 se junte en esta crisis y hable, como suele hacerlo, con una sola y clara voz", ha pedido Antony Blinken, secretario de Estado de EEUU. Las distantes posiciones dificultan que la cumbre de los jefes diplomáticos del grupo termine este miércoles con algo más que un conjunto de banalidades. En el orden del día de los Siete (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido) figuran las “pausas humanitarias” de los bombardeos israelís y la gestión del escenario post-bélico. 

Apenas un comunicado anodino ha salido del G7 sobre el conflicto y la ONU ha amplificado la cacofonía. Fracasó una resolución no vinculante de Estados Unidos que condenaba a Hamás y, poco después, sólo Francia votó a favor de una propuesta de alto el fuego inmediato a la que se opuso Washington y se abstuvo el resto del G7. Blinken admitía que ni siquiera está claro un acuerdo sobre la “pausa humanitaria” y ha descrito las conversaciones actuales de preliminares.  

Declaración delicada

Corresponde al anfitrión tender puentes pero la misión se antoja complicada. Son encomiables los esfuerzos de Japón por deslindarse por una vez de Estados Unidos, que prioriza el derecho a la defensa de Israel sobre cuestiones como el infanticidio en curso. Su ministra de Exteriores, Yoko Kamikawa, animó a sus colegas a discutir de forma “sincera y profunda” y desveló que ya trabajan en “algún tipo de comunicado” del que no desveló detalles. Su redactado mañana se antoja tan delicado como laborioso. "Nos duele especialmente que entre los dañados haya niños, mujeres y ancianos. Por eso estamos haciendo esfuerzos diplomáticos para que haya una pausa humanitaria que permita la llegada de ayuda a la población civil de la zona", ha añadido. 

El conflicto suma ya 1.400 muertos, provocados por el atentado terrorista de Hamás, y otros 10.000, causados por los bombardeos israelís. Casi la mitad de los últimos son niños, según Hamás. Binyamin Netanyahu ha desoído las súplicas globales para detener los ataques y sugerido que podría encargarse de forma indefinida de la seguridad de Gaza. 

Guerra de Ucrania

El G7 ha regresado a Japón tras la cumbre de mayo en Hiroshima. El mundo estaba entonces en una situación de excepcional gravedad por la guerra de Ucrania. Cinco meses después, se ha agravado esta y han surgido nuevos conflictos, corolario de unos tiempos convulsos. La reunión servirá para tranquilizar a Kiev cuando Moscú alarga el conflicto para que flaquee el apoyo de Occidente y los focos apuntan a otras latitudes. “Ucrania está y estará en lo alto de la agenda del G7”, ha avanzado la ministra alemana, Annalena Baerbock. “Si nuestro respaldo a Ucrania decae ahora, Rusia lo explotará sin piedad, con consecuencias terribles para los ucranianos y los europeos. Otros actores en distintas partes del mundo sacarían también malas conclusiones”, ha añadido. 

No divergirán en el asunto ucraniano. Su ministro, Dmytro Kuleba, participará mañana por videoconferencia. No acudirá a Japón, al contrario de lo que hizo en mayo su presidente, Volodímir Zelenskipara convencer a los representantes invitados del Sur global de que se sumaran a su causa. Ni Brasil ni India cambiaron su postura.