Delicada situación política

El hijo de Petro hace detonar una crisis que agita con fuerza al Gobierno colombiano

El fiscal informó que Petro Burgos "aportó información relevante que la Fiscalía desconocía" sobre "hechos que conoce son de preocupación para el país"

Nicolás Petro, hijo del presidente colombiano.

Nicolás Petro, hijo del presidente colombiano. / Mauricio Dueñas Castañeda

EFE

El 3 de agosto de 2023 será para Gustavo Petro un día difícil de olvidar, por razones completamente encontradas. Este jueves comenzó a regir el cese al fuego pactado por seis meses entre el primer Gobierno de izquierdas de Colombia y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Se trata de una victoria política de envergadura que permite al Palacio Nariño darle más credibilidad a su anhelo de una "paz total" en ese país tan herido por la violencia. Sin embargo, ese triunfo tuvo su otra cara de la moneda acuñada con los signos de la amargura y el peligro político. Nicolás Petro, el primer hijo del presidente, reconoció ante la Fiscalía que lo ha imputado por enriquecimiento ilícito y lavado de activos, que parte del dinero que recaudo por medios reñidos con la ley entraron en la campaña electoral que llevó a su padre a la victoria en los comicios de 2022. Semejante declaración supone el inicio de una crisis institucional que, de acuerdo con el diario bogotano 'El Tiempo', solo es equiparable con la investigación que debió enfrentar en 1994 Ernesto Samper por los presuntos aportes económicos del narcotráfico a su carrera hacia la presidencia.

Además de las aristas políticas que colocan al Gobierno en una situación delicada, las palabras de Nicolás Petro, dichas en su afán de colaborar con una fiscalía que pidió hasta 15 años de cárcel y, de esta manera, rebajar a la mitad la pena, tienen, inevitablemente, un costado familiar. No cualquiera: uno que parece enfrentar de manera no imaginada a un padre con el único hijo que saltó a la política y es diputado departamental por la región del Atlántico.

El jefe de Estado no pudo eludir pronunciarse al respecto, y lo hizo nada menos que en el marco de la ceremonia de reactivación del sistema nacional de reforma agraria, una de las grandes banderas de esta gestión. Ante los presentes, Petro reiteró su compromiso de "no interferir en el sistema judicial". Pero como su hijo "no es un juez", se permitió "analizar lo que dijo" a la fiscalía. Señaló en ese sentido que si el tema de los dineros no declarados en su campaña fuera cierto, "este presidente se tendría que ir el día de hoy" porque "yo no soy (Álvaro) Uribe, no soy (Juan Manuel) Santos, no soy (Iván) Duque, no soy ninguno de las que ha venido atrás". Sin embargo, subrayó, no no se irá. Su llegada al poder, recordó, ha obedecido a un proyecto superador del pasado y, por eso, de un modo elusivo pareció responderle públicamente a su vástago. "Venimos de algo diferente, de otra realidad, de otra sensibilidad, entonces tengo que decirle a esa persona: no siga diciendo mentiras". El jefe de Estado matizó de inmediato sus palabras. "Mi hijo no dijo eso, y no dijo eso por una razón básica: a ninguno de mis hijos les he dicho jamás que delincan, eso no ha existido".

"Este Gobierno se acaba de acuerdo al mandato popular"

A punto de cumplir un año de gestión, Petro tuvo que enfrentar distintas tormentas: la ruptura de su alianza con los sectores moderados, el fracaso de su rol moderador en el conflicto venezolano, las idas y venidas de la “paz total”, maniobras desestabilizadoras de la oposición más conservadora. La imputación judicial de su vástago es un problema de otro orden. Eso, a su criterio, no puede poner en peligro a su Gobierno. "Fue mi pueblo el que me eligió. A nadie más debo mi elección. Tengan ustedes la absoluta certeza de que este Gobierno se acaba de acuerdo al mandato popular. De nadie más", dijo en la localidad agraria de Cincelejo.

La confesión del hijo

A 912 kilómetros de esa escena, en Bogotá, el fiscal Mario Burgos explicaba casi al mismo tiempo que Nicolás Petro había aceptado su responsabilidad en los delitos que se le imputan y defendió, sobre la base de su confesión, la posibilidad de otorgarle el beneficio de un arresto domiciliario. Su exesposa, Day Vásquez, también imputada, recibiría la libertad vigilada. "Llamo la atención, señor juez, acerca de la financiación de la pasada campaña presidencial del actual presidente Gustavo Petro y de los dineros que ingresaron a dicha campaña, los cuales, al parecer habrían superado los topes permitidos por la ley", dijo el fiscal sobre las informaciones brindadas por el hijo.

Escenarios posibles

Nada será igual para este Gobierno a partir de este momento. Los analistas estiman que se han creado las condiciones para que se abra una causa penal que apuntará hacia los nombres que pudiera brindar Nicolás Petro. Al mismo tiempo, el Consejo Nacional Electoral podría iniciar una investigación por el manejo irregular de recursos en la campaña. El tercer escenario se levantará en la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes, juez natural de un jefe de Estado. Al menos eso es lo que se propone impulsar la oposición. El senador y youtuber Jonathan Ferney Pulido Hernández consideró de inmediato que el Congreso debe tomar cartas en el asunto. "Estamos frente al escándalo político y de corrupción más grande de la historia", dijo el senador de derechas (Centro Democrático), Enrique Cabrales. "Es inevitable iniciar un proceso que restaure la confianza en la democracia", opinó el excandidato presidencial por ese espacio político, Federico Gutiérrez.

La suerte de la "paz total"

 "Hermanos, ¿qué esperan? Las armas no son sino instrumentos de la muerte. Déjenlas que se oxiden", conminó el presidente a la plana mayor del ELN, durante la ceremonia de este jueves que sirvió para presentar en sociedad al Comité nacional de Participación (CNP), creado como parte de las negociaciones de paz para que reciba las propuestas de la sociedad que permitan facilitar la finalización del conflicto armado. A la par de la ceremonia, comenzó a funcionar el Mecanismo de Verificación y Monitoreo (MVMV) del cese del fuego.

Petro consiguió encaminar una negociación con esa insurgencia que había fracasado siete veces. No fue el único paso dado en las últimas horas con dirección a la anhelada "paz total". El ministro de Exteriores, Álvaro Leyva, dijo haber sabido siempre que Iván Márquez, el jefe de uno de los bloques de las exFARC que no ha entregado las armas, no había muerto, como habían asegurado los medios de comunicación. "Me alegra que esté vivo", dijo el exlíder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, convencido de que su excompañero en la guerrilla puede jugar un papel importante para desactivar uno de los conflictos que persisten en Colombia. Esas aspiraciones se ponen por estas horas a prueba por la crisis política y familiar que, como una granada, explotó en las manos al presidente.