La ONU anunció este miércoles que está preparando ya una operación junto al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para evacuar cuanto antes a los civiles refugiados en la asediada acería ucraniana de Azovstal, en la ciudad portuaria de Mariúpol.

El movimiento llega después de que el secretario general, António Guterres, lograse este martes un principio de acuerdo con el presidente ruso, Vladímir Putin, para que la ONU y el CICR coordinen la salida del millar de civiles que se cree que hay en esa instalación, donde también se encuentra un número indeterminado de combatientes ucranianos asediados por fuerzas rusas.

Este miércoles, representantes de Naciones Unidas han continuado los contactos con las autoridades de Rusia y Ucrania para tratar de pactar los detalles de esta operación, según explicó a los periodistas el portavoz Farhan Haq.

A la espera de que se cierren esas negociaciones, la ONU ha comenzado ya a preparar esta operación, que Haq calificó de "extremadamente compleja".

Según dijo, algunos de los principales expertos de los servicios humanitarios de Naciones Unidas están viajando a Ucrania desde distintos puntos del mundo para participar en este esfuerzo, mientras que también se ha movido a personal que se encontraba en Ucrania a zonas donde se les puede necesitar para llevar a cabo las evacuaciones.

El portavoz recalcó la urgencia de esta operación, pero avisó también de que se necesitan "días" para poder prepararla y de que no se podrá llevar a cabo hasta que no haya garantías de que ambas partes respetarán un alto el fuego que permita la evacuación.

Mientras tanto, el Ejército ruso continuó este miércoles los ataques aéreos sobre Azovstal, según las autoridades locales.

Situación "extremadamente mala"

Una fuente del batallón Azov, parte del Ejército ucraniano, aseguró que entre civiles y militares hay más de 400 heridos dentro de la planta metalúrgica.

Un sanitario del batallón, identificado tan sólo como Hassan, declaró este miércoles a la televisión pública ucraniana que la cifra está en constante aumento ya que "el fuego de artillería, los bombardeos y los impactos de cohetes no se detienen ni un momento".

"De los heridos, por lo menos un tercio y quizá más necesitan atención urgente. Algunos morirán, en estas condiciones, inevitablemente," agregó.

La misma fuente aseguró que debido al asedio ruso el medio millar de soldados que resisten en la planta, junto con unos mil civiles, carecen de equipamiento médico y de medicinas.

En lo que se refiere al agua potable y a los alimentos la situación es "extremadamente mala", agregó el sanitario, según cuyos cálculos la comida es suficiente para resistir una semana, aunque el agua se acabará "probablemente" en cuatro días.

Mariúpol, que inicialmente contaba con una población de casi medio millón de habitantes, ha sido prácticamente arrasada por los ataques rusos, cuyas tropas aseguran que ya han logrado el control de toda la ciudad, a excepción de Azovstal.

Las autoridades ucranianas aseguran que aún permanecen entre las ruinas de la ciudad unos 120.000 habitantes sin agua, electricidad ni productos básicos y denuncian que Moscú ha bloqueado los intentos de llevar ayuda humanitaria a la zona.

El alcalde de Mariúpol, Vadym Boichenko, ha señalado que hasta 20.000 civiles han muerto en la ciudad desde el comienzo de la invasión rusa.

Las evacuaciones de civiles de esta zona son una de las prioridades inmediatas para Guterres, que este martes se reunió con Putin en Moscú y este miércoles llegó a Ucrania para verse mañana con el presidente del país, Volodímir Zelenski.