Era cuestión de días y ha escogido este martes al mediodía. El ultraderechista Éric Zemmour ha oficializado su candidatura a las presidenciales francesas de abril de 2022. "Ya no estamos en el momento de reformar Francia, sino de salvarla. Por este motivo, he decidido presentarme a las elecciones presidenciales", asegura el periodista y tertuliano en un vídeo publicado en las redes sociales. El polemista xenófobo ha dado el paso en un momento, según los sondeos, de debilidad de su candidatura, lastrada por sus provocaciones excesivas.

"Mis queridos compatriotas (…), como todos vosotros ya no tengo confianza (en los políticos). He decidido que debemos retomar el control de nuestro destino", asegura el candidato ultraderechista en un vídeo con una puesta de escena de declaración radiofónica -resulta evidente la referencia al general De Gaulle-. Acompañado con la música de la Sinfonía Nº7 de Beethoven, en este discurso desgrana los tópicos de su visión nostálgica y ultranacionalista. "Tenéis la impresión de haber dejado de sentiros en el país que conocíais", afirma el tertuliano, que suele aprovecharse del sentimiento de inseguridad cultural de una parte de los franceses como caldo de cultivo de su racismo.

Las minorías "tiranizan a las mayorías"

Adoba su mensaje con una retórica populista y contra las minorías. "Debemos devolver el poder al pueblo. Retomarlo a las minorías que no paran de tiranizar a las mayorías", declara el ensayista-candidato. Incluso utiliza la manoseada cita de Abraham Lincoln del "poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo". Según ha apuntado Olivier Ubéda, consejero de comunicación de Zemmour, este vídeo había sido grabado hace dos semanas y lo han publicado la víspera de las primarias de Los Republicanos (LR, socios del PP en Francia), que se celebrarán entre el 1 y el 4 de diciembre.

El polemista espera seducir a los votantes de la derecha gaullista -aunque poco queda del legado de De Gaulle en las filas de LR- y de la ultraderechista Marine Le Pen para irrumpir en la carrera hacia el Elíseo. En los últimos meses utilizó con astucia el suspense en torno a su candidatura y la publicación de su último libro, 'La France n’a pas dit son dernier mot', para ocupar el centro de la atención mediática. El interés excesivo de buena parte de la prensa gala, sumado al hecho de representar la novedad en un país en que la clase política está muy denostada, le sirvieron para catapultarse a principios de noviembre en la segunda posición, por detrás del presidente Emmanuel Macron.

"Proceso de regresión"

No obstante, los sondeos deben cogerse con pinzas al faltar cuatro meses y medio para los comicios. Estos mismos estudios de opinión apuntan a una clara tendencia a la baja de Zemmour. Ahora lo ubican tercero con el 12-14% de los sufragios. La burbuja en torno a esta criatura mediática parece estar pinchándose. El motivo principal de ello: sus constantes provocaciones que lo alejan de la figura de un hombre de Estado.

El 13 de noviembre, hizo un polémico vídeo delante del Bataclan en París para aprovechar la conmemoración de los atentados de 2015 para arrojar su bilis xenófoba. Lo juzgaron a mediados de este mes por unas declaraciones racistas contra los menores no acompañados, tras haber sido condenado dos veces por este mismo motivo en el pasado. Tampoco le ayudan sus reiteradas declaraciones presentando al mariscal Petain, que firmó la rendición de Francia ante los nazis, como alguien que "salvó a los judíos franceses". El pasado fin de semana, concluyó una accidentada visita a Marsella haciéndole una peineta a una transeúnte. Ante esta tendencia a la deriva, algunos de sus apoyos ya están saltando del barco de la microempresa Zemmour.

"Creo que experimentará un proceso de regresión y este se verá reforzado por la designación del presidenciable de LR", destaca el politólogo Jean Petaux en declaraciones a El Periódico de Catalunya. "La conversión del polemista en candidato a las presidenciales no se ha producido. El ejercicio de candidato a las presidenciales es un ejercicio en que no se siente cómodo", se regodeó el domingo Le Pen. La líder de la Reagrupación Nacional parece tomar aire tras haber visto amenazada su hegemonía en la ultraderecha. Pero la candidatura de Zemmour puede dificultar sus opciones para llegar a la segunda vuelta. La incierta carrera hacia el Elíseo no ha hecho más que empezar.