El proyecto de ley contra la homofobia y la transfobia en Italia quedó este miércoles bloqueado en el Parlamento, en la última fase para su aprobación definitiva, después de que prosperara por sorpresa una iniciativa de los partidos de la ultraderecha.

El Senado italiano retomaba este miércoles la tramitación de este polémico texto, aprobado hace un año por la Cámara de los Diputados, y se impuso una moción que impedía su examen, lanzada por los partidos de ultraderecha Liga y Hermanos de Italia.

La iniciativa prosperó por sorpresa -pues en teoría sus partidarios eran mayoría- con 154 votos a favor de bloquear la ley y 131 contrarios en una votación secreta, que en Italia suele brindar a los díscolos la ocasión de votar contra la disciplina de partido. "Se ha traicionado un pacto político que quería un paso de civismo para el país", denunció en sus redes el diputado del Partido Demócrata (PD), Alessandro Zan, promotor del texto.

La ultraderecha bloquea la ley, ya que el Parlamento se sumirá en meses complicados, en primer lugar por la tramitación de los Presupuestos del 2022 y en febrero en la elección del nuevo presidente de la República. Además toda negociación entre el bloque progresista y la derecha puede suponer enmendar el texto, por lo que debería reiniciar todo el proceso parlamentario, que en Italia pasa por la aprobación de sus dos cámaras, y volver a la de los diputados.

El líder de la Liga, Matteo Salvini, celebró esta "una derrota a la arrogancia" del secretario del PD, Enrico Letta, y del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), al asegurar que estos dos partidos -el primero promotor de la ley y el segundo apoyo- han rechazado todas las propuestas de enmienda y de negociación "incluidas las formuladas por el Santo Padre, asociaciones y muchas familias".

El proyecto había sido aprobado en noviembre de 2020 por la Cámara de los Diputados y aunque llegó al Senado el 13 de julio pasado, quedó paralizado por el verano y los obstáculos de la ultraderecha, que impuso miles de enmiendas.

El proyecto establece como delito de odio la "discriminación y violencia por motivos de sexo, género, orientación sexual identidad de género y la discapacidad", como ya se contempla para casos de racismo, por ejemplo.

Su posible aprobación suscitó la preocupación del Vaticano, que teme que afecte al Concordato con Italia desde 1929, en lo que se consideró una injerencia en la política nacional.

Una de las cuestiones más espinosas es el concepto de identidad de género, recogido como "definición percibida y manifiesta de sí mismo en relación con el género, aunque no corresponda al sexo e independientemente de si se ha terminado la transición".

El actual ministro de Exteriores y uno de los exponentes del M5S, Luigi Di Maio, consideró "vergonzoso" que la ley haya quedado "barrida en el secreto de la urna". Y Letta llamó a la esperanza contra quienes "han querido frenar todo" y hacer retroceder al país: "El país está de otro lado y pronto se verá", desafió.

Otra lectura es la meramente política, porque de este modo la coalición que gobernaba hasta febrero, el PD y el Cinco Estrellas, ya no sumaría una mayoría absoluta. Actualmente Italia está gobernada por una coalición presidida por Mario Draghi, instaurada en febrero para gestionar la pandemia, y que engloba a todos los partidos excepto a Hermanos de Italia.