El presidente francés, François Hollande, concedió ayer el indulto a la conocida como madre de Francia, una mujer condenada a una pena de cárcel por matar a su marido tras sufrir durante 47 años su violencia verbal, física y sexual, y ordenó su liberación "inmediata". En virtud de la gracia presidencial que le otorga el artículo 17 de la Constitución, el jefe del Estado francés ha perdonado los 2 años y 4 meses de prisión que aún tenía que cumplir Jacqueline Sauvage, una mujer de 68 años que en el 2012 mató a balazos a su marido y que en diciembre pasado fue condenada a una pena de 10 años de cárcel.

"El presidente ha querido, frente a una situación humana excepcional, hacer posible que la señora Sauvage regrese con su familia lo antes posible", reza un comunicado emitido por la oficina de Hollande. La reacción del presidente de Francia se produce dos días después de recibir en el palacio del Elíseo a las hijas y a la abogada de la reclusa.

El caso de Jacqueline Sauvage, que cuenta con un gran respaldo popular y de numerosas personalidades y políticos, se ha convertido en un símbolo de quienes solicitan que los malos tratos puedan ser considerados como un motivo de legítima defensa, atenuante que no se tuvo en cuenta en su juicio.

Las tres hijas de Sauvage --su único hijo se suicidó el mismo día en que su madre mató a su padre-- aseguraron tras el encuentro con el presidente socialista que se habían sentido escuchadas. Este caso ha despertado una gran movilización en Francia, donde 380.000 personas habían firmado a través de internet una petición de indulto.