Al menos 39 personas han perdido la vida en la última catástrofe acaecida en un mar, el Egeo, que se está acostumbrando tristemente a estos sucesos. El naufragio de una patera ayer cuando trataba de alcanzar la costa de la isla griega de Lesbos dejó 39 ahogados, de entre ellos al menos 5 son niños. Mientras, los guardacostas de Turquía pudieron rescatar a 75 personas, la mayoría mujeres y niños, y las labores de salvamento continúan. El número total de personas a bordo de la barcaza se estima en 120.

"Me temo que las cifras (de muertos) aumentarán", aseguró a la cadena local CNNTürk Mehmet Unal Sahin, alcalde de Ayvacik, cerca de donde aconteció el accidente. "La gente se despertó con el sonido de gritos de migrantes y hemos estado con el operativo de rescate desde el amanecer", agrega Sahin, para añadir: "Tenemos 80 kilómetros de costa frente a Lesbos, y es muy difícil de controlar".

Según la prensa local, muchos de los supervivientes fueron hospitalizados con síntomas de hipotermia, después de pasar varias horas mojados en las ahora gélidas aguas del Egeo. Junto con los refugiados, de nacionalidad afgana, siria y birmana en su mayoría, también fue apresado el supuesto organizador del viaje, un traficante de personas.

"Estamos muy tristes. Al menos veinte de nuestros amigos han muerto", declaró uno de los supervivientes a la agencia de noticias AFP. La Guardia Costera de Turquía indicó que la sobrecargada barca había salido desde los alrededores de la localidad turca de Bademli, a poco más de una decena de kilómetros de la costa de Lesbos.

La patera, de unos 17 metros de eslora, naufragó a unos cincuenta metros de las costas turcas. La corriente arrastró hasta la playa más cercana chalecos salvavidas y algunas pertenencias que los refugiados llevaban a bordo.

MAS DE 250 MUERTOS EN ENERO Con este naufragio, el número de muertos en el Egeo en lo que va de año supera los 250, más de ocho personas muertas por ahogamiento al día en su intento por llegar a Europa.

Las precarias embarcaciones en las que los refugiados se ven abocados a cruzar el Egeo son prácticamente la única forma en la que pueden llegar a la Unión Europea, dadas las trabas burocráticas y la deficiente respuesta que Bruselas está dando a las personas que huyen de la guerra, el terrorismo y la violencia. Los traficantes de personas suelen prometer a los refugiados una seguridad que no existe. Cuando alguno se niega a subir a bordo, es obligado a montar a punta de pistola.

A pesar del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía firmado el pasado noviembre para frenar la llegada de migrantes, la presión migratoria es difícil de contener. A eso se añaden casos de corrupción entre oficiales turcos, al menos uno fue detenido por recibir sobornos de los traficantes.